En tiempos revueltos, el dinero siempre busca refugio en valores seguros, pero en la actual crisis se agudiza al ir acompañada de una desconfianza en las entidades financieras. Esto ha catapultado la demanda mundial de oro, que ya supera a la producción, elevando su cotización por encima de los 800 dólares la onza, aunque todavía está por debajo del récord histórico de 1.000 dólares alcanzado a primeros de 2007. ¿Volveremos al diente de oro como pensión?