Tapies nos aporta cuatro reglas de prevención que tienen como objetivo final el evitar que se produzca una desvalorización de las fortalezas propias de la empresa familiar. Estas serían:
Tratar a la empresa como una empresa y a la familia como una familia. En la empresa rigen las reglas del mercado y la familia es el ámbito propio para la emotividad y el afecto. Confundir estos ámbitos puede llevar a situaciones de riesgo.
Anticipación: evitar sorpresas. Resulta primordial entender que la sorpresa puede convertirse en el peor de los enemigos y hacer todo lo posible para crear escenarios futuros acorde con nuestros objetivos.
Estructuras eficaces para casi todo. Es necesario gobernar la familia y también la empresa, aunque a través de mecanismos distintos.
Alinear el crecimiento de la empresa y el de la familia. Una familia pequeña puede convivir en una empresa pequeña pero, cuando la familia adquiere dimensiones notables y la empresa sigue siendo pequeña, hay que disminuir el número de familiares vinculados a la compañía, podar el árbol.