Efecto espejo.
Para empezar, “compórtate con tu socio como te gusta que se comporten contigo”.
Primero, escucha.
Antes de hablar, escucha con atención a lo que tus socios te tienen que decir. “Eso te llevará a realizar preguntas inteligentes y no sandeces, producto de la irreflexión”.
Una cuestión de respeto.
No faltes al respeto, ni levantes la voz. “El grito es el primer síntoma de falta de respeto. Córtalo cuando percibas que se ha impuesto en la relación, ya que del grito a la ruptura hay un camino muy corto”, defienden.
Pero, ¿quién tiene la culpa?
No eches la culpa a tu socio de los errores de la empresa. “Como socio, tú también eres responsable. Lo fácil es cuestionar, juzgar, echar la culpa al otro. Comprueba si lo que piensas está de acuerdo con la realidad objetiva”, recomiendan.
¿Dinero o amistad?
“Cuando el negocio genera más problemas que dinero es cuando, por arte de magia, comienza el mal rollo. Plantéate a partir de aquí qué es más importante: ¿dinero… o amistad?”.