Tan sólo basta entre dos y 12 segundos para hacernos una primera impresión de la persona que tenemos delante, luego es fundamental estar preparados.
En el caso de presentaciones o discursos, la situación no es muy distinta. Juana Erice, experta en comunicación, afirma en su libro Convencer (Esic Editorial), “de hecho, usted tiene un par de minutos para establecer su compatibilidad con los asistentes. Dicha compatibilidad surge de lo que dice y hace una persona, pero también hay una cantidad de pequeños detalles que nacen de lo que piensa una persona”. Y para conseguirlo nos ofrece los siguientes consejos:
Busca primer tu objetivo. Será tu guía y el motor del éxito.
Selecciona tres o cuatro argumentos, no más, para apoyar tu objetivo.
Cada argumento es una minipresentación: con introducción y cierre.
Utiliza frases cortas y piensa en titulares gancho.
La espontaneidad y la naturalidad surgen siempre de la preparación y el trabajo. El cierre es la clave de tu discurso. Empieza por él.
Dispones de muy poco tiempo para conquistar al público. Cuida su principio.
Diseña momentos estratégicos para recuperar la atención del público a lo largo de tu discurso.
El día de tu discurso lleva unas fichas que sinteticen tus argumentos claves y el principio y el final de tu intervención.