La mayoría de las startup nacen dirigiéndose a nichos de ámbito internacional, con un mercado potencial restringido y pocos competidores directos.
Para abrirse camino como startup, la novedad de sus productos debe combinarse con una superioridad tecnológica demostrable, elevado valor añadido para el cliente y un margen de beneficios generoso.
En los sectores de tecnología avanzada el ciclo vital de los productos suele ser muy corto y el éxito del producto estrella puede resultar efímero. Para evitarlo, la startup debe actuar con rapidez a la hora de perfeccionar y mejorar el producto estrella, e iniciar el desarrollo de nuevos productos que lo reemplacen.
Es recomendable entablar relaciones tempranas con potenciales clientes. Alcanzar una masa crítica de clientes o de pedidos es esencial para acelerar el retorno de la inversión.
La estrategia del producto estrella supone el punto de partida de muchas startup. Este suele lanzarse tras un largo proceso de desarrollo y basa su fortaleza en su alto grado de novedad, desempeño y valor para el cliente.
Una estrategia sensata consiste en destinar parte de los beneficios a invertir y tomar el control de otras startup, con el fin de conformar un grupo empresarial diversificado.
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