Valiéndose de la tecnología blockchain, en Trazable han desarrollado una plataforma que permite seguir la trayectoria completa de un alimento, desde que se produce en el campo hasta que llega al consumidor final. La idea corresponde a Pablo Rodrigo Juan, CEO y cofundador junto a Lucas Salinas Lázaro, CTO. Ambos coincidieron por vez primera en un hackathon celebrado en Valencia en 2017 y, a raíz de ese evento, decidieron unir su talento emprendedor.
Aprovechando sus conocimientos en la tecnología blockchain y su capacidad para rastrear la trazabilidad en la cadena de valor de cualquier producto, decidieron, en un principio, orientarse a la industria del lujo. “En ese momento, pensamos que era donde tenía más sentido –declara Rodrigo–. No solo porque podrían verificar así sus procesos de fabricación, sino también para combatir el problema del fraude y las falsificaciones”.
La idea original no tuvo una buena acogida así que, con el conocimiento adquirido, decidieron pivotar y trasladar la tecnología que estaban desarrollando al sector agroalimentario, también con graves deficiencias en materia de transparencia y seguridad. Con estas miras constituyen la empresa en 2018, año en el que desarrollan su producto mínimo viable y realizan la primera prueba de concepto con un cliente industrial. Algo más tarde, y después de haber pasado por las instalaciones de Demium, se integran en el Programa Garaje de Lanzadera, la aceleradora de startups de Juan Roig, donde fueron creciendo y afinando el tiro. A día de hoy, cuentan ya con más de una decena de clientes industriales que hacen uso de la herramienta de Trazable.
Como innovación principal señalan el cambio de paradigma que supone que todos los actores y empresas involucradas en el sector se avengan a abrir sus puertas y compartir una información que, hasta ahora, muchos consideraban sensible. Ello supone un cambio radical en la forma de gestionar la información del sector alimentario en aras de la transparencia.
Una medicina más que una vitamina
Son muchos los beneficios que obtienen las empresas de la industria alimentaria que utilizan esta plataforma de trazabilidad end-to-end. El primero es la posibilidad de detectar a tiempo la aparición de posibles incidencias en la cadena de suministro, garantizando así la seguridad de sus productos en el mercado. En segundo lugar, destaca el aumento de la confianza del cliente final quien, a través de un código QR, puede acceder a la información completa del producto, mejorando así las ventas hasta en un 3,4%. Y si esa aportación de confianza es ya un valor a tener en cuenta en el mercado nacional, imaginemos lo que implica para un exportador. Asimismo, favorecen la optimización de los procesos y de los recursos, dado que se evitan posibles retiradas de alimentos.
A su favor, también, el notable ahorro de tiempo que proporciona a las compañías la herramienta de Trazable. La posibilidad de disponer de toda la información ordenada y concentrada en su solo punto supone un ahorro de hasta 700 horas de trabajo al año por planta productiva. “Lo que proporcionamos al sector es más una medicina que una vitamina”, subraya Rodrigo.
La empresa, constituida en Valencia, cuenta ya con 7 personas en plantilla. En lo que respecta a la financiación, consiguieron levantar una ronda en fase seed cuyo importe prefieren no revelar. En su breve recorrido han sido ya objeto de numerosos reconocimientos, uno de ellos procedente de EIT Climate-KIC en España, el mayor programa de la Unión Europea para escalar empresas con alto impacto social y medioambiental.
En su hoja de ruta a corto plazo, está consolidarse en el mercado nacional e implementar la tecnología antes de dar el salto definitivo a la expansión internacional que aplazan, al menos, hasta el próximo año teniendo en cuenta que la aspiración apunta a un crecimiento orgánico.
En cuanto a su visión sobre la industria alimentaria en España de cara al futuro son optimistas. “Somos un mercado fuerte, tenemos grandes profesionales y hay recursos. Falta, como en otras industrias, el salto definitivo y obligado a la digitalización para seguir el paso a los más fuertes, como son EEUU y Asia. No debemos olvidar que Europa tiene un déficit digital de 25.000 millones de euros respecto a estos mercados, de aquí la sensación de urgencia y de acometer cambios inmediatos en el sector. Pero para ello hacen falta apoyos e iniciativas como las que ponen en marcha en el Grupo Cooperativo Cajamar muy ligado siempre al sector agroalimentario español y al apoyo de sus emprendedores”, concluye Rodrigo.