En Ikos Tech han desarrollado una tecnología que, más allá de la predicción, evita la toma decisiones. Le dice al agricultor el momento preciso en el que tiene que regar y la cantidad de agua que necesita. Ganan así, no solo en eficiencia hídrica sino que también ahorran en el uso de fertilizantes y el consumo energético.
Saben que su producto es bueno y que la empresa tiene una gran proyección. Se basan en la calidad de la tecnología que han desarrollado; en el imparable ascenso en el precio de la luz; en el progresivo encarecimiento de los productos fitosanitarios y en la escasez del agua, un bien primordial para el campo.
Todo ello lo solucionan en Ikos Tech con un hardware que monitoriza los cultivos y un software que le dice al agricultor cuándo ha llegado el momento de regar y el agua que necesita. Y, ya puestos, ¿por qué no activar el riego en el momento preciso sin necesidad de que intervenga el agricultor?
Ikos Controller es el nombre con el que han bautizado el hardware. Se trata de una herramienta creada para los profesionales de la agricultura que no precisa conexión a la red eléctrica puesto que funciona con batería y placa solar y que, conectado a distintos sensores de IoT (Internet de las Cosas), recoge y almacena en la nube toda la información relativa al control de los cultivos. El dispositivo de medición se conecta directamente con tus cultivos ayudando a tomar las mejores decisiones.
El software se llama Raindrop. En él va implícito su algoritmo de Inteligencia Artificial combinado con big data, el cual permite al agricultor calcular las necesidades hídricas de cada cultivo, así como los rangos de trabajo del suelo, en función de la etapa de demanda hídrica con tan solo pulsar un botón. El algoritmo recalcula cada 21 días, una vez detectadas variaciones en la estructura del suelo, al objeto de precisar sus recomendaciones de cuándo regar y cuánta agua aplicar.
Por último, Ikos Cloud es el nombre del servidor donde almacenan los datos enviados por cada equipo. Este permite, junto a la plataforma web de Ikos, visualizar y gestionar los datos de cada controlador. A los agricultores suscritos se les proporciona un código QR que le da acceso a su cuenta personal.
En conjunto, la definen como una “herramienta económica, de fácil instalación y de sencilla gestión para el agricultor y los técnicos”. Así la ve al menos Joaquín Soriano, CEO y cofundador de Ikos Tech, junto a otros cuatro socios, uno de ellos corporativo.

El propósito de Ikos Tech
Se constituye como empresa el 21 de agosto de 2019. Lo hacen en Adra, una localidad almeriense de 22.000 habitantes donde trabajan casi la totalidad de los 10 profesionales que integran la plantilla actual. El resto lo hacen directamente en Almería, donde tienen una segunda sede.
El propósito es aportar a los agricultores una solución muy intuitiva para alcanzar la eficiencia hídrica y procurarles ahorros en otras verticales de la actividad. No olvidemos que entre el 20 y el 50% del agua que aplicamos a nuestros cultivos se desperdicia por una mala gestión en la fertilización y que el exceso de riego puede derivar en la contaminación de los acuíferos.
Pero, aunque son los agricultores los que, en última instancia, se benefician de la solución de Ikos tech, la empresa contacta con los técnicos e intermediarios del sector para que sean ellos los que prescriban su tecnología. Hablar de agrodata y knowledge, que es el lenguaje que ellos dominan, no tiene mucho sentido con los agricultores, con escaso tiempo para dedicarlo a explicaciones.
La solución es válida para cualquier extensión y todos los cultivos, tanto de suelo como de árboles. Igual la única excepción donde no se aprovecha al 100% la solución se encuentra en los productos de secano.
Lejos de conformarse con la herramienta de precisión que ya está en el mercado, en Ikos Tech quieren seguir avanzando. Los trabajos de investigación y desarrollo en este momento se centran en implementar su tecnología para, haciendo uso del blockchain, certificar el dato correspondiente a la huella hídrica, otro factor diferencial de lo existente hasta ahora.
‘Honrosas’ excepciones, como la de Cajamar
Aunque el sector agrícola cobra cada vez mayor peso en el ecosistema emprendedor, lo cierto es que durante un tiempo olvidamos que se trata de un motor principal en la economía de nuestro país. “No se ha protegido como, en mi opinión, se merece. Ni se ha ayudado suficientemente a las empresas desde el punto de vista de la inversión ni se ha apoyado a sus profesionales, muchas veces incapaces de compensar sus esfuerzos con los precios”, declara Soriano.
Aún así, distingue ‘honrosas’ excepciones, entre las que destaca la labor del Grupo Cooperativo Cajamar, entidad con la que dice tener muy buena relación. “Fueron los primeros que confiaron en nuestra tecnología y en aportarnos respaldo económico. Cuando una startup ya ha despegado, resulta más fácil acceder al crédito. Lo complicado es que te escuchen cuando el proyecto está en estado embrionario. En Cajamar supieron visibilizar el potencial de Ikos Tech y su financiación fue vital para arrancar el proyecto”.
La vinculación con la entidad financiera se extiende hasta nuestros días. El equipo de Ikos Tech formó parte de Cajamar Innova, la incubadora y aceleradora de empresas de alta tecnología del agua cuya convocatoria para participar en la segunda edición está abierta ya. Del programa de aceleración reconoce Soriano haber extraído gran provecho en lo que atañe a la orientación del negocio.
“Ten en cuenta que la mayoría de nosotros tenemos perfiles más técnicos que empresariales. Gracias al apoyo de los mentores de Cajamar Innova hemos sido capaces de articular un plan te negocio, un plan de marketing, resolver dudas legales y otros puntos débiles que presentábamos al comienzo. Además, nos han puesto en contacto con inversores y pusieron a nuestra disposición las instalaciones de la Estación Experimental de Las Palmerillas, que es un centro tecnológica de referencia en todo el mundo y donde pudimos testar y validar nuestra tecnología. Es una iniciativa increíble”.
Una empresa que va como un tiro
En su breve recorrido empresarial, Ikos Tech ha pasado de los 20 dispositivos que instalaron el primer mes a los más de 1.500 que acumulan ya con más de 600 usuarios activos. Todo ello, sin moverse mucho más allá de la zona de Almería y Murcia, que es por donde han empezado. Cuentan, no obstante, con alguna instalación puntual en otras zonas como Huelva, Sevilla o República Dominicana. Pero, es ahora cuando quieren abordar a fondo la expansión nacional y en otros mercados internacionales limítrofes, como Portugal.
En ese proceso de expansión, colaboran con proyectos internacionales y buscan aliados estratégicos que les aporten conocimiento y oportunidades de negocio al objeto de cumplir su sueño de aspiración global: llevar la agricultura a otro nivel.