Wodibow es el resultado de investigar durante tres años qué se puede hacer con la madera…y sin pegamento, ni plástico, ni pinturas tóxicas, ni barnices. Y además que sorprenda, que despierte una sonrisa, que sea distinto, al menos en algo”, explica Pablo Saracho, fundador, junto a su mujer Maite Ruiz de Velasco, de esta empresa segoviana.
Fruto de ese trabajo, nacieron los Mastodontes, una colección de animales (oso, rinoceronte, hipopótamo y elefante) de más de 700 kilogramos que comparten un único cuerpo. Unos juguetes que han ganado el Toy, Games and Hobbie Products Design de la Design Award and Competition, que cada año reune proyectos de más de 180 países.
¡Sí, juguetes!
No son productos de decoración, “son juguetes, sobre todo, para adultos que conservan esa parte infantil y que no se avergüenzan de jugar”, sostiene Saracho, que invirtió inicialmente junto a su mujer unos 100.000 euros.
Este emprendedor reconoce que tienen público en España, “al que cuidamos y queremos, pero tenemos un mercado potencial muy interesante fuera”, principalmente, en Alemania, Dinamarca, Suecia, Francia y Japón, más acostumbrados a este tipo de juguete de calidad.
No obstante, esa visión internacional no les hace perder las tres señas de identidad de la compañía: “Una, que la producción nacional es un objetivo claro de nuestra marca. Tenemos claro que debe ser made Spain. Es nuestra vocación. En la Feria de Nuremberg comprobamos que el hecho de que fabricáramos en España y no en Asia resultaba atractivo, sobre todo, al cliente japonés. Dos, que tienen que ser piezas de diseño. Y tres, que utilizamos productos 100% naturales: madera maciza de haya tratada con cera de abeja pura y aceite de oliva”.