Es difícil averiguar el número potencial de jóvenes que podrían favorecerse de su solución porque no existen cifras oficiales, aunque hay quien habla de 700.000 emigrantes entre 2008 y 2013. Lo único que es seguro es que son ya 7.200 el número de emigrantes interesados en retornar los que se han registrado en la base de datos de volvemos.org. Repartidos por más de 70 países, la mayoría de los inscritos tienen una media de edad de 32 años y llevan entre 5 y 6 años trabajando fuera del país. En cuanto a las principales procedencias, un 22% se encuentran en Alemania, un 16% en Reino Unido y un 9% en Francia.
La idea original fue de Raúl Gil, Sebastien Sanz, Cristina Navas y Diego Ruiz del Árbol. Los cuatro fueron en su momento emigrantes y saben lo complicado que es el retorno. Aún así, huyen del victimismo y prefieren poner el acento en el capital humano de esos miles de jóvenes españoles que en un momento determinado fueron capaces de abandonar la zona de confort y ahora desean regresar en su versión mejorada. “No sólo aprendes a dominar un idioma nuevo, sino también nuevas metodologías de trabajo, a manejar otras tecnologías, te haces más tolerante, te enriqueces culturalmente y tienes otra actitud”.
Conseguir el retorno de las personas con todos estos valores es lo que se proponen en Volvemos, donde los hay de todos los perfiles, desde ingenieros con MBA hasta camioneros o tornero fresador. Para ello, han creado una plataforma donde conectar a los emigrantes interesados en volver con un trabajo acorde a sus expectativas laborales, con empresas que quieren captar este talento y las administraciones que han activado algún plan en este sentido. Ellos se desentienden del cierre de transacciones dado que se trata de un servicio gratuito para ambas partes donde no existe obligación de comunicar operaciones de éxito. La única fuente de ingresos procede de las 9 Administraciones con las que colaboran como son los Ayuntamientos de Valladolid, Córdoba, Barakaldo y los Gobiernos autonómicos de La Rioja o Castilla-La Mancha, entre otros.
“No pretendemos ni convertirnos en una agencia de empleo ni convertir esto en un negocio -aclara Raúl Gil- solo perseguimos prestar un servicio que facilite el regreso y la inserción laboral a los emigrantes como mano de obra cualificada”. Para ello, recogen en su sitio web las distintas ofertas laborales publicadas por las empresas que quieren reclutar a través de este canal y procuran toda la información disponible sobre políticas de retorno a los jóvenes registrados en la base de datos. No realizan, advierten, el trabajo a la inversa. Es decir, orientar a los jóvenes que desean marcharse, aunque sí les derivan a organizaciones competentes.
Lo que sí quieren es impulsar un plan nacional que concentre todas las iniciativas dispersas ahora por las distintas comunidades autónomas y ayuntamientos, aunque todos los intentos de negociación con el Gobierno central han sido, por el momento, fallidos. “El problema es que ahora existe discriminación por regiones”, argumentan. En cuanto a ellos, aseguran que se conformarían con recibir la ayuda suficiente como para poder dar servicio a todos los interesados, disponer de un local desde donde poder trabajar- ahora lo hacen en un coworking- y cubrir los gastos de mantenimiento, como las conexiones o el teléfono. “Nacemos con vocación de servicio, no con el de explotar una cuenta de resultados”, dicen.
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