Continuamos insistiendo en que en los sectores maduros la única forma de entrar es innovando, buscando vueltas de tuerca a la oferta. Y esto es lo que propone precisamente un pequeño negocio portugués que experimenta con recorridos sensoriales por las capitales lusas. Consiste en recorrer las calles con los ojos vendados. Los guías son personas con discapacidades visuales (www.cabracega.org).