La pandemia revitalizó el mercado de las autocaravanas y las furgonetas camperizadas. Aunque el mercado se ha normalizado tras el boom experimentado entre 2020 y 2022, quienes hayan intentado comprar o alquilar alguno estos vehículos sabrán bien que hacerse con uno de ellos no es fácil, tanto por la escasez de oferta como por el aumento de los precios.
Hay que tener en cuenta que el sector de la automoción todavía está recuperándose de la crisis en la cadena de suministro de componentes, por lo que el stock de vehículos nuevos aún no se ha restablecido, tensando los precios tanto de las autocaravanas y furgonetas nuevas como de las de segunda mano. Y a esto hay que sumar también el escenario inflacionista que estamos viviendo en los últimos años, como consecuencia de la guerra de Ucrania, entre otros motivos.
En alguna ocasión ya hemos hablado de las oportunidades para emprender en el sector de las caravanas sin afrontar una inversión demasiado elevada, entre las que se incluía la camperización de furgonetas. Es decir, su transformación en autocaravanas, instalando todos lo necesario para vivir en ellas: baño, cocina, cama y todo el mobiliario necesario.
La propuesta de Vancubic se orienta precisamente en esta dirección, pero con una forma muy original de hacerlo. Esta empresa gallega ofrece módulos sencillos y rápidos de montar y desmontar, de modo que cualquier persona que tenga una furgoneta de trabajo —H2L2 o superior— puede convertirla en una casa con ruedas en menos de una hora para disfrutar de ella durante los fines de semana o en sus vacaciones.
Este sistema es totalmente legal, ya que los módulos no se anclan al suelo y no requieren ningún tipo de reforma en la estructura que precise ser homologada. A efectos legales, se consideran simplemente carga. Por tanto, no hay que desmontarlos para pasar la ITV, donde sólo se revisa que no se haya hecho ninguna reforma que afecte a la estructura del vehículo, incluyendo anclajes interiores.
La compañía ofrece todo el equipamiento necesario para salir de viaje sin tener que hacer ninguna instalación complementaria. Su oferta se concreta en dos módulos: salón-dormitorio y cocina-baño.
El módulo de salón-dormitorio incluye una cama de 190 x 120 centímetros, mesita extensible, litera de 120 x 80 centímetros, ampliable hasta 170 x 80 centímetros o espacio para almacenaje, según desee el cliente, así como arcón y dos estanterías.
Por su parte, el cubo de cocina-baño incorpora zona de aseo con grifería extensible y plato de ducha escamoteable —un sistema patentado por la empresa—, depósitos de aguas grises y limpias para el fregadero y la ducha, cocina, fregadero y zona de almacenaje.
Para instalar los módulos sólo hay que deslizarlos al interior de la furgoneta sobre las ruedas que incorporan y colocar los paneles y las clavijas para la iluminación. Y para quitarlos sólo hay que deslizarlos afuera y dejarlos subidos en un carrito que también lleva ruedas giratorias. Una vez colocados en esa plataforma, se pueden dejar almacenados donde se desee.
Se necesita tener un vehículo con un largo de caja mínimo de 270 centímetros y un alto de 190 centímetros, medidas que cumplen todas las furgonetas H2L2 o superior.
El peso de cada cubo oscila entre los 300 y 350 kilos, sumando unos 700 kilos como máximo, dependiendo de los accesorios y complementos que se lleven dentro. Por tanto, está por debajo de la carga máxima que aceptan todas las furgonetas industriales.
En cuanto al suministro eléctrico, Vancubic una batería portátil capaz de suministrar luz a las tiras led y a la bomba de agua, y que también permite enchufar a la vez pequeños electrodomésticos o equipos electrónicos, gracias al inversor incorporado. Esta batería se puede recargar en el mechero del vehículo al circular, conectándola a cualquier enchufe a 230 voltios fuera de la furgoneta o a través de placas solares portátiles y plegables.