Un día volviendo de camino a casa desde la universidad donde estudiaba, Nicko Williamson se paró ante una gasolinera y se le ocurrió la idea de crear una firma de taxis respetuosa con el medioambiente.
“Pensé que a los londinenses les gustaría tener una alternativa a los taxis tradicionales que producen una gran contaminación”.
Sin experiencia empresarial, se puso a trabajar en una empresa de taxis para tratar de entender el mercado; en pocos meses decidió dejarlo y lanzarse a la aventura de crear su propia empresa: Climatecars, con una inversión de 226.000 euros. “Básicamente, nuestra flota produce hasta la mitad de CO2 que un taxi convencional. Empezamos trabajando con híbridos y nuestra meta en un futuro cercano es pasarnos a los eléctricos”, explica.
Ahora bien, lo que le ha hecho ganar la partida frente a otras empresas similares (no es la única que ofrece vehículos ecológicos en Londres) ha sido saber diferenciarse de sus competidores y dirigirse a un target corporativo. “Nuestros coches son elegantes (con asientos de piel), nuestros conductores visten con traje y ofrecemos sin coste adicional agua mineral y prensa a todos nuestros clientes”, destaca.