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Esta marca española de chinos se precia de tener un servicio ‘jedi’

Es una nueva marca de pantalones chinos y complementos para hombres que persigue un enfoque diferente. Una de sus claves de distinción radica en el servicio de atención al cliente, ...

15/12/2017  Redacción EmprendedoresIdeas de negocio

Los hombres, en esto de la moda, se diferencian de las mujeres en que si dan con una prenda que les gusta y les sienta bien son capaces de comprar el mismo artículo varias veces cambiando sólo de color. En Smitzy hicieron los mismo. Dieron con el corte perfecto para un pantalón chino moderno y elegante y de ahí no hay quien les saque. Tampoco hay motivo porque, en siete meses escasos de actividad, han conseguido que el 35% de sus clientes sean ya recurrentes.

El mismo pragmatismo aplicaron a la hora de asignar un nombre para la marca. De Schmitz, que es el apellido de uno de los fundadores, pasaron a Smitzy, que es como llamaban a Carlos los compañeros del colegio evitando la bronca pronunciación alemana del ‘Sch’. Los otros fundadores son Antonio Ortega (CFO) y José Manuel Rico (COO). Se conocieron cursando un MBA en el IE Business School y pasaron de ser amigos a socios. Ninguno de los tres procedía directamente del sector de la moda, pero ello no fue óbice para adentrarse en un entorno en el que echaban de menos unos “pantalones chinos y de vestir” que destacasen, como marca joven, “por su corte y su calidad”. Ese es el hueco que quieren aprovechar a través de su e-commerce.

No obstante, la idea es ir evolucionando hacia el mundo físico, con tiendas propias de las que, anticipan, “tendrán un concepto diferente al tradicional del retail, estando más en la línea con un showroom, donde el consumidor puede ir a ver y probar los productos” a la vez que disfruta de una experiencia distintas en un ambiente “especialmente diseñado para el público masculino”.

Para darse a conocer, se valen del uso intensivo de las redes, con especial éxito en Instagram, igual que otras muchas de las marcas jóvenes de moda. Pero también comparten con ellas la tendencia del made in Spain (diseños y confección nacionales) y la incorporación de valores (compromiso mediambiental y social) . “El consumidor está cambiando. No quiere comprar productos solamente por el precio, sino también por el impacto que tiene ese producto”, dicen, anunciando su deseo de posicionarse como “una marca transparente y justa”.

El otro pilar clave que les distingue es la preocupación por la experiencia de compra de los clientes. “Tenemos un enfoque online con una experiencia de atención al cliente única”. Con ello se refieren a un trato personalizado, la eliminación de costes de envío en España y Portugal y un plazo de 100 días para efectuar devoluciones. Una estrategia que, además de generarles feedback, les ha servido para mantener “la cuota de retornos muy por debajo de la media de este sector”.

Con una inversión inicial de 30.000€ consiguieron fabricar la primera tirada de pantalones, después de tratar con muchos proveedores y fabricantes que aceptaran el volumen inicial de producción. Validado el producto en el mercado y vista su aceptación, se animaron a pedir un crédito participativo de Enisa y con él siguen tirando porque las ventas se lo permiten. El 30% de las mismas proceden de los distintos mercados europeos, sobre todo Alemania, Inglaterra y Francia. Y aunque no facilitan previsiones del facturación para el ejercicio, sí adelantan que su reto actual es “incrementar las ventas tanto en España como en los mercados europeos a los que ya vendemos”.

Redacción Emprendedores