El equipo es de lujo. Exdirectivos y profesionales procedentes de Amazon, Google, Softonic o Nike, entre otras, han decidido sumar su talento al proyecto de simplr.io sin importarles la pérdida de poder adquisitivo. En total son “40 emprendedores”, que así es como define Ángel Bou, el CEO, al equipo que está detrás de este marketplace multivertical nacido oficialmente el pasado 22 de junio en Barcelona.
Junto a Bou figuran otros dos cofundadores: Daniel Romy y un tercero cuyo nombre no podrá desvelarse hasta no abandonar el puesto que desempeña en este momento y se emplee a full time en Simplr. De Ángel Bou y Daniel Romy se puede decir que son dos antiguos emprendedores convertidos posteriormente al mundo del Venture Capital (Inveready y Antai, respectivamente), una posición que les ha permitido ver nacer numerosos proyectos. Ahora deciden retornar a la senda del emprendimiento y hacerlo desde cero, es decir, como lo haría cualquier startup. Con alguna diferencia, eso sí, que pocas startups nacidas en España consiguen levantar una ronda de financiación en fase pre-seed de 4 millones de euros como la que han levantado ellos antes, incluso, de tener producto en el mercado. Asegura Bou que gran parte del dinero conseguido procede de fondos de inversión sostenibles, un concepto en el que la solución de Simplr encaja a la perfección.
En cuanto a cómo han conseguido aglutinar tanto talento en el proyecto, Bou lo justifica apelando a la cultura corporativa basada en la ética y en un modelo win-win en el que todos ganan. “No queremos ser, desde luego, la típica compañía que aspira a crecer y hacerse grande aplastando a los pequeños”.
Un marketplace de consumo sostenible
Lo que han creado en simplr.io es un marketplace que permite a los consumidores acceder a cualquier bien o servicio por el tiempo que necesiten y deshacerse de él con idéntica facilidad, con tan solo dar al botón de desactivar. De esta forma, el consumidor paga solo por uso, que tanto puede ser de un día, una semana, un mes o un año y, cuando ya no le hace falta, lo devuelve sin ningún tipo de compromiso o penalización.
“Simplr.io viene para ayudar a transformar la economía y cubrir el vacío entre grandes proveedores y las nuevas necesidades de flexibilidad que requiere el consumidor. Hacemos más simple el proceso de exploración, contratación y activación de los productos y servicios que cada uno de nosotros utilizamos en nuestras vidas” comenta Bou.
Hablamos de todo tipo de productos y servicios, desde un patinete, una barbacoa o un ordenador, hasta un espacio de coliving, un servicio de cuidados, una cámara de videovigilancia o un seguro para trasladar tu guitarra a un concierto. Para arrancar, empiezan con diez categorías básicas como las de movilidad, hogar, educación, compras, alimentación, deporte, entretenimiento…que a su vez se dividen en distintas subcategorías. Si finalmente el cliente está satisfecho con el producto o quiere adquirirlo, existe también la opción de compra.
Otra posibilidad interesante que ofrecen en Simplr hace gala al nombre de la compañía, la de simplificar al máximo la vida a los consumidores. Consiste en ofrecer un servicio paquetizado conforme a los distintos perfiles de usuarios. En esta línea, han creado, por ejemplo, el pack para el teletrabajo con el que ofrecen todos los útiles necesarios para su práctica, desde una silla y un escritorio hasta un ordenador, un teléfono móvil o la conexión a internet, sin que exista la obligación de suscribir el pack completo. Solo con éste, y con apenas unas horas en el mercado, asegura Bou haber recibido ya decenas de peticiones de entidades bancarias. En el mismo sentido han creado un paquete para universitarios o el pack mudarse orientado, por ejemplo, a nómadas digitales o a personas que deciden trasladar su residencia temporalmente. Para estos ofrecen desde el equipamiento necesario hasta espacios de coworking, coliving y hasta viviendas de las que disponen ya hasta 50.000 gracias a acuerdos con promotoras e inmobiliarias.
A todo esto se refieren en simplr.io cuando se presentan como la primera plataforma mundial de Life as a Service, expresión que podría traducirse como ‘la vida a demanda’ dado que plataforma permite a los usuarios disfrutar de cualquier bien o servicio que necesite, pero libre de ataduras a la vez que propician un consumo sostenible. “Esa es la meta final, que se fabriquen menos cosas, pero que se utilicen más. Si todos consumimos de este modo, el mundo, a la larga, por fuerza será más sostenible”.
El valor para las marcas
Cada vez que un usuario necesite algo de lo que incluye la oferta, pincha en el botón de compra y paga directamente a través del marketplace. Luego son ellos quienes se encargan de ajustar las cuentas con la marca anunciante a la que cobran, no en función del ticket de venta, sino un pequeño porcentaje conforme al margen de ganancia . Otra diferencia notable respecto a soluciones como las que plantean, por ejemplo, en Amazon o Glovo.
En su política con las marcas, en Simplr apuestan más por la calidad y la ética que por la guerra de precios. Ellas son las que establecen las normas mínimas de suscripción por sus producto e informan al marketplace del margen de beneficio. Cuestionando la posibilidad de que esta dinámica pueda dar lugar a casos de picaresca, Bou responde: “este es un negocio basado en la confianza, así que tendremos que fiarnos, aunque también tenemos ciertos conocimientos del mercado. Pero el objetivo, ya he dicho, es que ellos también ganen por vender en nuestro marketplace. Con nosotros nadie pierde dinero”.
Sin llegar a especificar cuál es la comisión que cobran sobre ese margen, sí que Bou lo define como “pequeño”. Este es, por ahora, el único canal de ingresos que han habilitado en Simplr porque la plataforma que se declara neutra y no obtiene ingresos adicionales por visibilidad de las marcas o por publicidad.
Además de los ingresos recurrentes que procura el modelo de suscripción y de la utilidad de la herramienta de Simplr para facilitar a todas aquellas empresas que lo deseen el salto a la sostenibilidad, otro valor añadido que ofrecen a los vendedores y las marcas es que luego les devuelven de forma anonimizada información relativa a los distintos patrones de consumo al objeto de orientarles en el lanzamiento de ofertas, campañas u otras acciones.
Hasta el momento, la compañía tiene suscritos acuerdos con cerca de 300 partners, algunos de la talla de Ducati, Lindt o Sr. Jeff.
El océano azul
Gran parte de los conocimientos que tiene Ángel Bou sobre la economía y los modelos de suscripción proceden de su bagaje profesional, especialmente de su experiencia en Zuora, la compañía de software estadounidense más importante del mundo en servicios de suscripción y que cotiza ya en Bolsa.
Según datos barajados por esta compañía y otros estudios, un 20% de todas las transacciones que se hacen actualmente en el mundo con tarjetas de crédito corresponden a suscripciones, es decir, más o menos 1 de cada 4 transacciones, lo que equivale a hablar de 20 billones de euros de transacciones con tarjeta de crédito en la economía de suscripción. “Yo no he visto nunca un mercado más grande en el mundo que este”, dice Bou. Apunta, además, que se trata de una tendencia al alza con previsiones para 2023 de que 3 de 4 negocios de consumo cuenten en su oferta con planes de suscripción, es decir, “el 75% de los negocios del planeta tierra”. Se entiende entonces, con este escenario, que Bou afirme que “el potencial de crecimiento es ilimitado».
España, el mercado más difícil
Aunque también en España la tendencia va en aumento, lo cierto es que lo hace a un ritmo más lento que el resto “del planeta”. Aquí ese 75% baja hasta un 65-70%. La causa, como apunta Bou, es que de entre todos los mercados, es el español el que muestra mayor apego al concepto de la propiedad lo que le convierte en el más difícil para lanzar una solución como la suya.
Aún así, y siendo conscientes de la laboriosa tarea de evangelización que les queda por delante, han decidido arrancar aquí, “primero porque, aunque hayamos trabajado mucho tiempo fuera, no deja de ser nuestro lugar de origen y, segundo, porque como dicen en el mundo de las startups, si logras triunfar en el mercado más difícil los demás van rodados”, bromea. En cualquier caso, no van a esperar mucho para dar el salto a la internacionalización que el road map lo tienen claro. Así que, de cumplirse las previsiones, antes de que finalice el año Simplr estará ya en EE.UU. y pocos meses después empezará el despliegue en Europa.