Una madre y un hijo que no habían emprendido antes le han dado una vuelta de tuerca al concepto de sex shop dirigiéndose a un público diferente del habitual: “las mujeres que nunca entrarían en una tienda así”, resume Marisa Payno. “Mi hijo me comentó que estaba buscando una idea interesante sobre la que montar un negocio, yo sugerí la idea de una boutique erótica, y ahí quedo la cosa. A la mañana siguiente, mi hijo se levantó diciendo que ya tenía el nombre, Los Secretos de Mamá”, recuerda.
¿EN SANTANDER?
Daniel Fernández, su hijo, comenta: “La gente es aún un tanto conservadora en Santander. De ahí la idea de que mi madre fuera la figura sobre la que girase todo y de ahí el nombre de la empresa. En la ciudad no hay nada parecido. Todavía hay quien sólo ve los juguetes, pero realmente hay mucho más, desde literatura hasta lencería o cosmética sensorial. También intentamos dar un toque divulgativo y didáctico, que la gente aprenda además de divertirse, que vean el erotismo como algo natural, romper esa barrera quizás sea lo más difícil”. Marisa y Daniel organizan también eventos, como exposiciones, concursos (de relatos) y charlas.
CON RECETA DEL GINECÓLOGO
“Es que nuestro público es diferente; busca algo divertido, abierto, incluso iluminado”, cuenta Marisa. “Por ejemplo, me llama mucho la atención que vienen muchas clientas pidiendo bolas chinas recetadas por sus ginecólogos y nos comentan que hasta ahora no las habían comprado por no entrar en los sex shop tradicionales. Ésa es la idea que queremos evitar, que la gente entre como en cualquier otro lugar, que no hay, absolutamente, nada sórdido, ni vulgar, que no van a estar incómodas, sino al contrario, van a pasar un rato de lo más agradable y divertido”, asegura.
El siguiente paso de Marisa es convencer a su hija para que se ocupe de la tienda on line que arrancará en 2010. “Tenemos clientes de todas las edades, principalmente mujeres, aunque realmente entiendo todos nuestros artículos como juegos de pareja, por lo que los chicos también se sienten bien, siendo los primeros en felicitarme por la valentía de montar algo tan diferente”, cuenta. El salto a la red es lógico.
UNA TIENDA DIFERENTE PARA UN CONCEPTO DIFERENTE
En este proyecto se han juntado una buena idea con un estudio de diseño, Freeman y la luz, que se quería dar a conocer y que estaba dispuesto a ayudar gratis a un emprendedor para demostrar de qué eran capaces, iniciativa en la que también intervino esta revista. “La idea fue buscar un posicionamiento especial de la tienda que pudiera expandirse. La principal idea fue dirigirnos a un cliente que no era el habitual, que no estaba familiarizado con estos productos y alejarnos de la estética de los sex shops. Ideamos una tienda para no esconderse, que toma los códigos de las tiendas de moda de lujo”.