Ahora, por ejemplo, hazte esta otra (última) pregunta: ¿Se te había ocurrido, por ejemplo, que alguien que te vaya a contratar o a trabajar contigo puede acceder fácilmente a tus fotos en Flickr en las que estás seriamente perjudicado por el alcohol o ‘luciendo palmito’ en una playa de Bahía el verano pasado? Resulta curioso que tan celosos que somos los seres humanos de nuestra intimidad, nunca antes hayamos facilitado tanta información… información que, además, se almacena en servidores anónimos, en muchas ocasiones sin una seguridad mínima. Por no hablar de que estamos expuestos a que cualquier persona hable sobre nosotros sin impunidad, a menos a corto plazo.
El dilema Facebook. En estas últimas semanas las noticias sobre las dificultades para desapuntarse de la red social Facebook han avivado un debate que pone sobre la mesa hasta qué punto se borran nuestras huellas en la Red, incluidas redes sociales, redes de networking, y cuestionarios on line, pero sobre todo hasta qué punto estamos interesados en deshacernos de nuestra vida en la Red. El error técnico de Facebook se resolvió, según la propia compañía, en 24 horas, pero… Y es en ese pero donde hay una oportunidad de negocio agazapada.
Cuestión de reputación
Para orientarte, puedes echar un vistazo a Reputation Defender, un negocio estadounidense que, por 20 euros al mes, se compromete a buscar y eliminar toda la información que sobre ti aparezca en la Red (a través de herramientas de optimización de búsquedas on line, entre otras soluciones). Como gancho para entrar en este mercado, esta empresa ha lanzado un servicio exclusivo para eliminar la información “sobre tus hijos”. Ahora bien, esta empresa sólo se dedica a particulares, no a empresas… donde también hay negocio.
El planteamiento inicial de este artículo no es tan descabellado. En España, la búsqueda on line de candidatos no está aún al nivel de países como Gran Bretaña, donde, según un estudio de Poolio, el 70% de las empresas consulta los sitios sociales antes de contratar.