Lo tenía claro: o montaba su empresa o montaba su empresa. Era sí o sí. Carlos Fontes, con experiencia en el sector de la seguridad industrial y “con una inquietud manifiesta por emprender”, se inició en la técnica de reconocimiento biométrico en la Feria IFSEC, de Birmingham, y volvió a Valencia convencido de poner en marcha Sociedad Avanzada de Biometría (SAB).
Amplio mercado
“La autentificación de personas, desde el punto de vista de la seguridad, es aplicable a cualquier segmento de actividad, pues al tiempo que puede ser útil sencillamente para abrir simplemente una puerta por medio de los relés, puede también desconectar un sistema de seguridad, arrancar un vehículo o herramienta de precisión, poner en marcha automatismos, sustituir herramientas de identificación para hacer pagos, entre otros”, explica Fontes.
La principal innovación de esta empresa, ubicada en el Parque Tecnológico Paterna (Valencia), ha sido, en primer lugar, el desarrollo de un protocolo de comunicaciones abierto, que permite la interpretación y la integración de cualquier algoritmo de cualquier técnica biométrica. “Y después desarrollamos la electrónica de dos sistemas embutidos para exterior e interior con carcasas extraíbles para combinar con cualquier color o material. Tenemos una versión dactilar y otra de reconocimiento vascular. La ventaja de nuestras soluciones es que no dependemos de ningún proveedor y eso nos hace más prácticos frente a las multinacionales que se ven obligadas a trabajar con los algoritmos propios de su compañía”, destaca Fontes.
Un equipo de Primera
Con la ayuda de un inversor privado, invirtió inicialmente 48.000 euros para arrancar la actividad. “El gasto principal siempre es el de la partida destinada a recursos humanos, porque si queríamos hacer una empresa de Liga de Campeones, necesitábamos crear un equipo de Primera. Ese sigue siendo el principal valor de la compañía”, sostiene.