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El CEO de robonity: “Lo poco o mucho que sé, que lo aproveche mi tierra”, y cambió el MIT por Almería

Ramón González Sánchez es ingeniero informático y doctor en robótica. Durante tres años formó parte del equipo de investigación en el MIT Robotic Mobility Group, hoy es el CEO y ...

04/10/2021  Ana DelgadoAutónomos

Méritos no le faltan. A sus 39 años, Ramón González Sánchez atesora, entre otros reconocimientos, la Medalla de la Real Academia de Ingeniería de España, la Medalla de Oro de Andalucía o haber sido uno de los diez finalista en el NATO Innovation Challenge en 2018. En este último pasó a la final con un sistema de planificación de rutas que ayuda a evitar el riesgo a un convoy de ayuda humanitaria en zonas de conflicto.

Tras finalizar el doctorado en Robótica, Ramón González se dio de alta en el INEM hasta que le surgió la oportunidad de ocupar una vacante como profesor en la Universidad de Zaragoza. Cuando atisbó de nuevo la tarjeta de desempleo en el horizonte, decidió aplicar al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y allí le aceptaron para integrarse en el equipo de investigación del grupo de Movilidad Robótica, colaborando en proyectos de I+D para agencias como la NASA o la OTAN. 

Se entiende que, con este bagaje, a Ramón González no le faltan numerosas publicaciones de rigor científico en su haber, entre otras cosas porque también es editor en el Journal of Terramechanics, revista referente en el mundo de la robótica móvil y los vehículos terrestres. 

Pero tiene otra publicación de carácter más ingenuo que tal vez sea la que mejor le define como persona. Se trata del libro ¡¡Hasta las estrellas y más allá!! , un cuento solidario publicado en 2017 cuyos beneficios iban destinados a las aulas de los tres hospitales de la provincia de Almería. En él narra la vida de Bill, un niño estadounidense hijo de padres acaudalados y alumno en el colegio más prestigioso de su ciudad, y Manu, hijo de agricultores en un pueblo de Almería en el que lo más que puede esperar es terminar siendo capataz en un invernadero. Al final, es un poco el resumen de las dos vidas que a Ramón González le tocaron vivir.

En esas estaba cuando, a los tres años de trabajo en el MIT, le ofrecieron la posibilidad de permanencia. Entonces tuvo que elegir entre Almería o Boston. Ganaron el gusanillo emprendedor y su tierra natal. “Lo poco o mucho que sé, que lo aproveche mi gente”, pensó antes de regresar a España con el propósito de montar su propia empresa y poner su conocimiento al servicio de la agricultura, con especial foco en los invernaderos almerienses.

Robótica e inteligencia para la agricultura

Ramón González funda robonity en el año 2019. El objetivo es aplicar a la agricultura la misma tecnología que durante años ha aplicado a otras áreas de conocimiento, especialmente big data, inteligencia artificial, internet de las cosas e inteligencia de negocio. Todo ello lo traslada a la tecnificación de las explotaciones agrícolas para hacerlas más competitivas y rentables.

“Dejar de vivir cómodamente en una de las ciudades más grandes del mundo y venirte a Almería para darte de alta como autónomo, solo tiene una explicación, que te mueva la ilusión”, declaraba este emprendedor en otra entrevista. Y su ilusión primera ha sido ayudar a las más de 75.000 personas que, solo en Almería, viven de la agricultura y sus invernaderos.

El lema de la empresa es “desde las estrellas para las personas”, dando a entender que la misión no es otra que aterrizar- nunca mejor dicho- esas tecnologías que entrenó en el espacio. De ello han extraído ya su primer producto: Mobibuk, una herramienta lanzada al mercado en 2020 para la gestión de las explotaciones agrícolas. Se trata de una app de manejo muy sencillo que ayuda a los agricultores a mejorar los costes y control de gastos, la planificación e incidencias agrarias.

Gracias a ella los responsables de una explotación agrícola pueden, por ejemplo, detectar a tiempo real la presencia de una plaga y atajar el foco antes de que se extienda por toda la finca, o planificar con antelación la cantidad de recursos humanos y materiales que son precisos para una cosecha determinada. De esta forma, los clientes de robonity obtienen un conocimiento profundo de lo que ocurre en todo momento en su explotación pudiendo tomar decisiones acertadas apoyadas en los datos. Todo ello desde un dispositivo móvil.

La solución es escalable pudiéndose utilizar en extensiones que van desde los 10 hasta los 300 trabajadores y está avalada y protegida por 8 patentes registradas a nombre de la compañía. A día de hoy, el equipo de robonity lo integran entre 4 y 5 personas, todos ellos españoles y con perfiles muy cualificados. La explicación de que así sea la ofrece el mismo Ramón González: “Yo, los mayores talentos que he conocido en el mundo, en todos los sitios que he trabajado, como EE.UU o Suiza, tenían pasaporte español. ¿Cómo es posible que la materia prima, las personas y las mentes más brillantes del mundo sean españolas y no estén aprovechadas en nuestro país?