Ramón Lojo montó hace dos años su restaurante en el Faro de Punta Cabalo, en la isla de Arosa (Pontevedra). Este faro bicentenario, y uno de los más antiguos de Galicia, es el único de España con un negocio similar en la cima. Antes de llenar su sala de 64 metros cuadrados con 27 puestos para los comensales, este local fue la casa del farero y su familia. Ramón se lo encontró diáfano, con la chimenea y un piano de cola. Su primera intención no fue poner un restaurante, pero vio que el lugar era original, estaba en una buena playa con bandera azul y no tendría competencia en la isla. “Vi que una clave fundamental era la sorpresa que le causaba a los clientes que llegaban hasta aquí”. Por propia elección, Ramón sólo depende del boca a boca para darse a conocer. Nada permite saber que en la cumbre de este faro hay un restaurante. “No tenemos ni un solo cartel que anuncie nuestra presencia, ni anuncios, ni cuñas, sólo una tarjeta de visita en la que ni siquiera ponemos que es un restaurante. Ésta es la sorpresa” comenta este orgulloso ante el interés despertado. Tiene clientes de toda España.