“Reivindicamos la calidad del producto local fomentando su consumo y ayudando a la economía local y a pequeños productores”, dice César Martín Cedillo, impulsor del proyecto. Desarrolló la idea de negocio como trabajo de fin de carrera cuando estudiaba Administración y Dirección de hoteles y negocios de restauración en la escuela Hotelschool The Hague. De aquí se fue a hacer prácticas en un prestigioso hotel de Dubai para ganar experiencia en el mundo de la alta gastronomía.
Y con todo el saber internacional atesorado regresó a Cabañas de la Sagra, un pueblo de menos de 2.000 habitantes en las proximidades de Toledo, para rehabilitar una antigua casona de la familia y convertirlo en local de diseño con distintos ambientes y capacidad para 150 comensales. La sociedad se constituyó el pasado mes de julio y ya puede verse Restaurante Casa Elena recogida entre las recomendaciones de Tripadvisor o el Tenedor. El secreto para figurar en sus prescripciones lo confiesa César Martín. “Toda nuestra atención se centró en conseguir que los comensales satisfechos que visitaran Casa Elena plasmaran un comentario en alguna de estas dos páginas. Gracias a estos comentarios el establecimiento aparece en las primeras posiciones de los dos buscadores más importantes de restaurantes”.
Productos de Km0
Entre sus valores destaca la fidelidad a la comida tradicional mediterránea que sigue las pautas de comer bien y sano. Es por ello que Casa Elena defiende como uno de sus principios la filosofía “Slow Food” en la que se protegen «las tradiciones regionales gastronómicas, sus productos, sus métodos de cultivo, la forma de trabajo de los productores locales y los sabores tradicionales”. De aquí que la mayor parte de los productos que emplea sean ecológicos y de proximidad, Km0, buscando impactar en el entorno y contribuyendo a su sostenibilidad.
Y bajo estos parámetros define César Martín su modelo de negocio. “Se basa en ofrecer a nuestros comensales una experiencia culinaria ecológica, sostenible y ética, ofreciendo platos elaborados con los productos locales de la mejor calidad disponibles en cada temporada del año, con los más altos estándares de calidad, en un ambiente agradable que mezcla tradición y modernidad a un precio razonable”.
El dinero invertido para su arranque ha sido de 75.000€ obtenidos mediante un préstamo hipotecario en el que ha comprometido a toda la familia, pero está convencido de que pronto empezará a amortizar el gasto. 35.000€ fue la cantidad facturada en agosto y confía en que vaya en ascenso hasta cerrar el año con una facturación total de 260.000€. Las expectativas no parecen distanciarse demasiado de la realidad teniendo en cuenta que entre sus clientes figuran ya algunos de la talla de Airbus, Mapfre o Lafarge Holcim.