Elena Mateo e Inma Subiés, amigas desde hace más de 20 años y con experiencia como emprendedoras (ya habían montado antes una asesoría y una central de compras), vieron en el cumplimiento de la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD) y en la falta de oferta de servicios específicos en Navarra lo que les llevó a poner en marcha en octubre de 2005 la empresa Reduce, especializada en la destrucción confidencial de documentos tanto en papel como en soporte informático.
“Comenzamos a prestar servicio en junio de 2006, y desde entonces, hemos logrado un gran éxito debido a que hay muy pocas empresas en España que realicen este tipo de servicios. Nos encargamos de la instalación de un contenedor de seguridad que recoge los documentos desechados que incluyen datos de carácter privado. Un camión, especialmente adaptado, se encarga periódicamente de acudir a la empresa-cliente, vaciar el contenedor y proceder a la destrucción de su contenido in situ. Este modelo lo hemos patentado junto con el sistema de contenedores de seguridad destinados al depósito de la documentación. De esta manera, garantizamos la máxima confidencialidad cumpliendo así la normativa vigente en la LOPD, cuando los datos deben ser destruidos cuando dejan de ser necesarios”, explican estas emprendedoras.
PARTICIPADA POR EL GOBIERNO NAVARRO
Comenzaron con un capital social de unos 40.000 euros y ahora es de 250.000 euros, gracias a la incorporación a la compañía de la sociedad pública de inversiones Start Up Capital Navarra, que ha adquirido el 40%. El primer año de actividad facturaron 24.000 euros y este año esperan llegar a los 300.000 euros, sobre todo, porque prevén expandir sus servicios al País Vasco, Aragón y La Rioja.