El nombre de la marca es Pyrates, pero el nombre con el que comercializan los tejidos es Pyratex. Se debe ello a una doble línea de negocio donde, por un lado, diseñan y producen sus propias colecciones de moda mientras que, por otro, en un B2B, se alían con otros diseñadores y fabricantes a quienes proporcionan sus tejidos inteligentes entendiendo por ello ropa con componentes activos con propiedades curativas y preventivas para la piel.
La idea es de Regina Polanco, CEO y fundadora de la empresa. Fue cuando estudiaba en Ginebra (Suiza) cuando Regina empezó a relacionarse con jóvenes procedentes de múltiples países. Observándolos, se dio cuenta de que la mayoría compartían una cosa: que tenían un estilo de vida muy dinámico, pero que usaban ropa poco adecuada y fea. Concibió así en un principio crear una marca de moda deportiva, pero con diseño. No obstante, el proyecto empresarial tendría que esperar a que finalizase los estudios de Derecho y Ciencias Políticas que estaba cursando. Cuando esto sucedió, le habían tomado ya la delantera varias firmas con una propuesta similar a la que ella tenía en mente. Así es como tomó la iniciativa de ir un paso más allá adentrándose en la investigación de tejidos.
Biodegradables, pero resistentes
Los quería naturales y saludables y eso es lo que obtuvo. Pyratex ha desarrollado, testeado y certificado bajo el nombre de la marca una gama de 4 tejidos inteligentes (smart fabrics) con los que hoy se diseñan prendas con un look deportivo, moderno, pero también cómodas y con propiedades para la piel y el cuerpo. Bajo esta marca comercializan el denominado tejido health, con propiedades para mejorar la circulación sanguínea y favorecer la relajación de los músculos; el freshness, que es anti bacteria y refrescante; el Cosmetic, hecho de alga marina que contiene antioxidantes para proteger la piel de elementos externos como la polución, y el que llaman Power, que ayuda a la regeneración de las células de la piel y es un tejido especial para las personas con piel muy sensible que se irrita especialmente al hacer deporte. Decir también que, aunque todos los tejidos son biodegradables e incluyen compuestos naturales, resisten como cualquier otro o más, a los lavados y planchados de las prendas sin perder las propiedades.
La empresa la constituyó en Suiza, donde todavía conserva la sede, pero al tiempo decidió trasladarse a Madrid y dirigir desde la capital el desarrollo y la expansión de la marca. Aquí decidió también ampliar el equipo incorporando a la diseñadora checa Zuzana Kralova y a la francesa Marie Liétard-Montigny como responsable comercial y de marketing. De esta manera es como combina su vocación internacional con su arraigo nacional encontrando en España el 95% de sus proveedores. La producción de las prendas se hace en pequeños talleres, uno a las afueras de Madrid y otros dos en Ordes y Arteixo (Galicia).
También ha sido España el punto de arranque en su aventura comercial. Además de valerse de su e-shopper para la venta de productos, presentó su primera colección en una prestigiosa tienda multimarca en Puerto Banús (Málaga). En este entorno, aunque el precio de una de sus camisetas pueda rondar los 150€, resultan económicas.
Trabajo de evangelización
Pese a la buena acogida de las prendas de su primera colección, el equipo de Pyrates sabe que tiene aún un largo recorrido por delante. El primero, como pionera en textiles inteligentes, el de evangelizar las bondades de sus tejidos y concienciar al mercado de que el uso de sus prendas puede equipararse al de las cremas u otras soluciones terapéuticas. La otra gran barrera es la que padecen muchas de las empresas pequeñas de nueva creación: la dificultad de encontrar proveedores y fabricantes que se ajusten a sus pedidos. Este es el motivo de la colaboración suscrita con la firma de diseño YCJ con la que comparte una campaña en la plataforma de crowdfunding Kickstarter al objeto de reunir en el plazo de un mes la cantidad de 15.000€ para lanzar una nueva colección.