Trabajando en gestión digital de derechos (tecnologías de control de acceso usadas por titulares de derechos de autor para limitar el uso de medios o dispositivos digitales) Oscar Marie-Richard se dio cuenta de que el futuro de la seguridad de la información iría por la prevención del uso sin autorización de documentos privados. «Pero con más innovación, más simples y más accesibles para los usuarios. No se trata de proteger sólo la información dentro de una empresa, si no de proteger la información que las empresas intercambian entre sí, incluso de particulares». Así fue como este ingeniero de telecomunicaciones vio que existía una demanda para la información que todos compartimos por Internet y puso en marcha Prot-On.
Para entendernos, lo que esta herramienta hace es que quien comparte por la red una información (un correo, un PDF, una foto o vídeo…) pueda en cualquier momento decidir quién puede acceder a ella, qué puede hacer con ella (verla, imprimirla, editarla…) y durante cuánto tiempo. Para particulares es un método sencillo de protección al que tienen acceso de forma gratuita. Para las empresas facilitan este proceso -tradicionalmente muy tedioso para el usuario- con algunas opciones más avanzadas que proteger y desproteger archivos por una cuota de 40 euros al año.
Como asegura Marie-Richard, la ventaja de Prot-On es que no se dirije a un sólo segmento, si no que tiene un uso desde particulares hasta grandes empresas, pasando por pymes o autónomos. «Un particular puede tener interés en proteger sus vídeos personales; a un fotógrafo lo que le interesa es enviar sus fotos a una revista sin que puedan copiarse si no se paga previamente; en una empresa el foco puede estar en que la información que maneja su Comité de Dirección no pueda filtrarse aunque uno de sus miembros deje la empresa; a un hospital puede preocuparle es poder enviar un historial clínico de un paciente respetando rigurosamente la Ley Orgánica de Protección de Datos, etc».
La empresa cuenta logró 1,1 millones de euros de financiación proveniente de Ámbar Venture Capital, y esperan cerrar 2013 (primer año de su operación real) con una facturación de 200.000 euros.