Así de claro lo vio Fátima Zaman, la creadora de esta empresa de salsas hindúes, cuando en una ocasión quiso prepararse un tikka masala en poco tiempo y probó con una salsa preparada que compró en el supermercado. «Al probarlo quedé sorprendida, pero de la baja calidad del producto. El sabor, la textura, las proporciones de las especias mal mezcladas…». De acuerdo, Fátima tiene el listón muy alto. Su padre regenta varios restaurantes hindúes en Londres. Pero pensó que igual que ella en un momento dado quiso comprar algo así, habría más gente con la misma necesidad.
Y es que a pesar de que la comida hindú no es tan popular en España como pueda serlo en otros países de Europa, existe un nicho para este tipo de productos. «Con la globalización y el intercambio de culturas, hay cada vez más gente proclive al consumo de cocina étnica. En el sector de las salsas preparadas vimos que era sencillo posicionarse con un producto gourmet, tanto en su aspecto exterior como por la calidad de los ingredientes.
Juntó 3.000 euros de sus ahorros y alquiló una nave industrial en Granada, donde reside. Compró los utensilios necesarios y empezó a elaborar salsas donde fusiona los sabores tradicionales de la cocina hindú pero utilizando ingredientes españoles. «No utilizamos ghee (mantequilla hindú) ni aceite vegetal, las elaboramos con aceite de oliva, lo cual es una innovación dentro de este sector. La calidad de las verduras y hortalizas de España es excelente, y es lo que incorporamos a nuestras salsas», cuenta Zaman.
Venden a través de su página web a tiendas o particulares y están en contactos para distribuirlas en supermercados. Buscan fidelizar a sus clientes a través de Facebook con sorteos para ganar cestas de productos y sobre todo llegando a la gente, ya que como ella misma asegura, «es más fiable comprar un producto recomendado por un amigo que por un anuncio». En su primer año facturaron más de 100.000 euros.