Por ejemplo. Venga, no nos digas que no te hubiera gustado dejar impresionados a tus amigos durante el pasado Carnaval. Mala suerte. Este año has llegado tarde. A estas alturas, disfrazarse de Spiderman, Superman, o incluso de Hulk, Thor o de conejita Playboy, tiene poco mérito. Últimamente, están comenzando a comercializarse disfraces, por decirlo de alguna forma, diferentes: léase de investigador del CSI –como si fueras Gil Grissom–, de luchador de sumo, de superhéroes poco habituales… disfraces que responden a nuevas inquietudes. ¿Qué te parecería aplicar el modelo de negocio de la empresa on line de camisetas Threadless.com (diseños propuestos por los consumidores y fabricados democráticamente en función del resultado de un concurso) a este mercado?