No sabemos si en tu adolescencia leíste o no El perfume, el bestseller de Patrick Suskind, pero sospechamos que sí, así que nos permitimos el lujo de jugar en el título con su protagonista, Jean Baptiste Grenouille, un psicópata que en su casa fabricaba perfumes. Si le quitas la parte de psicópata, te olvidas de que fabricaba los productos para cargarse a sus víctimas y te quedas sólo con la parte de ‘en su casa’, te puedes hacer una idea de qué va el negocio con el que nos hemos encontrado este mes. Se trata de la francesa Mycodage.com y propone que sean los consumidores los que diseñen la composición de sus productos cosméticos. Les dan a elegir, pero ellos eligen las combinaciones y las proporciones de cada sustancia. Vamos que aplican la personalización a un sector al que nadie se le había ocurrido tocar.