Ese es también el caso de Sabina Socoli, emprendedora moldava residente en españa, que decidió montar una tienda online de pañuelos y fulares. Quería poner su granito de arena para intentar hacer el mundo un poco mejor y comenzó a interesarse por el comercio responsable. «Decidí viajar a la India para aprender más sobre la seda y sobre los lugares donde se fabricaban los materiales. El viaje me cambió la vida por completo», asegura Socoli. Desde entonces visita personalmente cada proveedor y conoce a cada trabajador que confecciona sus productos.
Como ella, hay mucha gente interesada en el comercio justo y en asegurarse de que las prendas se fabrican bajo criterios de responsabilidad social. «Despues de sucesos como el accidente de la fábrica de Bangladesh la idea de la producción de ropa ética está en el primer plano de todo el mundo», explica Socoli.
Comenzó su andadura en agosto de 2012, con una inversión de 6.000 euros y previo paso por la aceleradora Cink. Su modelo de negocio se basa en el margen comercial de la venta de sus productos y también en la compra directa a los productores con los que trabaja en la India. De esta forma, además de pagar un precio justo por los fulares, ahorra en intermediarios.