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La startup española que fabrica motores reutilizables para el sector aeropacial

La barcelonesa Pangea Aerospace está desarrollando un motor para cohetes que usa metano y oxígeno líquido, en lugar de queroseno, y que es reutilizable, más eficiente y más sostenible.

06/07/2023  David RamosIdeas de negocio

El sector aeroespacial está en plena ebullición. Además de empresas de sobra conocidas, como SpaceX o Virgin Galactic, esta industria está viendo florecer pequeñas compañías que están buscando su hueco.

Por ejemplo, hace poco hablábamos de Sateliot, una empresa española que ha puesto en órbita el primer satélite 5G de la historia. Y ahora le toca el turno a Pangea Aerospace, una compañía creada en 2018, con el objetivo de aprovechar las oportunidades que brinda a la empresa privada la apertura de la era ‘New Space’.

Esta empresa se distingue porque está desarrollando un motor aerospike, que usa metano y oxígeno líquido como combustible y que es reutilizable, de bajo coste y sostenible. El sueño de esta startup arranca en Italia, donde Adrià Argemí, CEO y cofundador de la empresa, conoció a algunos de sus socios cuando cursaba un master en Italia, después de trabajar en Airbus, según relata El País.

Cinco años después, Pangea ha logrado reunir 8,5 millones de euros de financiación para el desarrollo de este nuevo tipo de motor, que comenzó a ser investigado por la NASA pero acabó siendo abandonado porque era demasiado caro, según explica Argemí.

Sin embargo, la fabricación en 3D, que permite hacer pruebas sin los enormes costes que implicaban los procesos que existían hace algunos años, han permitido que la empresa rescate este proyecto. Y los resultados han ido llegando, ya que Pangea logró encender por primera vez su motor aerospike, denominado Arcos, en octubre de 2021.

Según explica la empresa en su web, la principal ventaja de este tipo de motores es que son hasta un 15% más eficientes que los motores convencionales. Además, podrían llegar a aumentar la carga útil del cohete en el que se instalen en un 30%.

Otra de sus ventajas más importantes es que pueden ser reutilizados por lo menos 10 veces, con los beneficios que esto comporta. Por un lado, la compañía destaca que la reutilización permite volver a usar un cohete en menos tiempo y disminuye la necesidad de producir nuevos cohetes, lo que reduce la inversión de capital y la carga de trabajo de producción.

Por otra parte, remarca que la reutilización repercute en una mayor sostenibilidad del sector, ya que volver a poner en órbita los cohetes ya empleados reduce la huella de carbono y aminora el uso de materiales, como las aleaciones de cobre y aluminio.

El combustible usado también tiene menor impacto medioambiental. Según Pangea, al emplear biometano, las emisiones de los motores diseñados por la compañía son más menores que las resultantes de la utilización de queroseno u otros combustibles fósiles. Y a esto hay que añadir el mayor rendimiento de los motores aerospike, al que aludíamos anteriormente.

Sin embargo, para seguir avanzando es imprescindible captar más financiación. Según informa La Vanguardia, Pangea está a la espera de la llegada de fondos europeos. La empresa lidera el consorcio Equipo Nacional, en el también participan ITP Aero, GMV, UARX y Aenium, que recibirá 1,5 millones de euros procedentes de la adjudicación de la primera fase del Perte aeroespacial impulsado por el Ministerio de Ciencia e Innovación. Además, está pendiente de la validación de su diseño para adjudicarse la segunda fase, mucho más cuantiosa, de 40,5 millones, que debe llegar en 2024.

Por otro lado, Pangea firmó su primer gran acuerdo comercial en abril. La empresa rubricó un contrato con la estadounidense Tehiru Space, merced al cual tiene previsto ingresar 50 millones de euros en los próximos 5 años.

Aunque el primer motor comercial Arcos no estará disponible hasta 2025, Pangea también desarrolla procesos para fabricantes ya establecidos, gracias a lo que obtuvo una facturación de 1,5 millones de euros el año pasado. Y este año espera duplicar sus números.

Pero sus objetivos a largo plazo, una vez que culmine el desarrollo de su motor, son mucho más ambiciosos, ya que espera superar los 300 millones de facturación anual en 2030. Además, quiere revolucionar el sector ofreciendo un nuevo modelo de negocio, basado en el pago por uso.

Esto permitirá que un cliente no tenga que comprar todo el sistema, sino que podrá pagar únicamente por las horas de motor encendido. “Algo más eficiente porque tiene que hacer una inversión menor”, apunta Argemí, en declaraciones para El País.