Sin embargo, donde hay un problema, siempre surgen oportunidades. Al menos así lo cree Oxy Pure, un bar de Nueva Delhi que ofrece sesiones de 15 minutos de oxígeno con esencias, tal y como recoge Abc. Actualmente, sólo tiene un local, ubicado en el aeropuerto de la ciudad, pero tiene previsto abrir próximamente nuevos establecimientos en los aeropuertos de Bombay y Goa, en Bangalore, en Jaipur y en Lucknow.
En su caso, el oxígeno no se mantiene a presión ni se administra desde un tanque, sino que es producido por concentradores de oxígeno que recogen del aire ambiental, separando el nitrógeno de este aire ambiental con un filtro molecular. De esta forma, el oxígeno se concentra y es expulsado por la máquina a través de un tubo que está conectado al infusor de oxígeno o aromarizer, pudiendo disfrutar de este aire puro con varios aromas, como lavanda, naranja, canela, menta o eucalipto.
Este tipo de bares de oxígeno son bastante populares desde hace tiempo en Estados Unidos, Japón y en otros países asiáticos. Pero no hace falta irse tan lejos, en el tiempo y en el espacio, para encontrar un ejemplo.
Hace ya 16 años, en el madrileño barrio de Bilbao ya existía The O2 Experience, que ofrecía oxígeno con esencias a sus clientes. Apostaba por un concepto de bar centrado en la salud, ofreciendo productos saludables —aguas minerales de todo el mundo, zumos o café—, así como masajes faciales o corporales. Pese a la originalidad de la idea, este local ya no existe. Quizá llegó demasiado pronto.
La posibilidad de disfrutar de estas sesiones de oxigenación también puede ser ofrecida como complemento a tratamientos de salud y bienestar en centros de estética, spas u hoteles. La empresa mallorquina Oxygen Corners ha encontrado una oportunidad de negocio en la importación de las estaciones de oxígeno, poniéndolas a disposición de cualquier empresa interesada en instalarlas en su local.
Otro negocio lucrativo es la venta de aire u oxígeno envasado. Hay varios ejemplos de ello. Una de las compañías pioneras es Vitaly Air, que ofrece aire en botellas de aluminio con difusor en spray y máscara de inhalación integrada, similares a las bombonas de buceo. La empresa afirma que captura aire de las Montañas Rocosas, lo comprime y lo embotella.
También ofrece ‘oxígeno de alto rendimiento’, con una concentración del 95%. Vitaly Air enfoca este producto especialmente a deportistas, fumadores o a quienes deseen recuperarse tras una noche de excesos. Además, su oxígeno se puede adquirir con sabor a fresa, uva o zarzaparrilla. Y completa su catálogo con botes de aire con mezclas de esencias energizantes, antiestrés o para combatir alergias ambientales.
La propuesta de la hongkongesa Aethaer está a medio camino entre el negocio, el arte y la labor de divulgación. Esta iniciativa surgió con el fin de concienciar acerca de la creciente contaminación del aire. Para ello, lanzó una edición limitada de tarros de cristal de 580 ml, la cantidad de aire habitual en una inspiración, donde recogió aire limpio de cinco entornos naturales de Reino Unido.
Sus tarros se venden como obras de arte y coleccionismo. Se ofrecen a un precio de 115 euros. Y los fondos recaudados a través de su venta se emplean para promover la protección del medio ambiente.
En nuestro país también hay alguna propuesta de este tipo. Un heladero italiano afincado en Ibiza comenzó a comercializar hace algunos años latas de Aire de Ibiza. En su caso, se trata más bien de un souvenir. Lo que se vende es una lata, similar a las típicas de pimentón, decorada con la silueta de las islas de Ibiza y Formentera.
Otra manera de rentabilizar el aire es extraer agua del mismo. Por ejemplo, el proyecto europeo Life Nieblas ya recoge miles de litros de agua de la niebla en las Islas Canarias, tal y como informaba RTVE.
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