El acceso a la vivienda es uno de los mayores problemas que afecta a la sociedad española. Según los datos del ‘Índice Inmobiliario’ de Fotocasa, los precios de la vivienda en venta aumentaron sistemáticamente cada mes del año pasado con respecto al mismo mes del ejercicio previo.
Y la tendencia no sólo se mantiene en 2023, sino que se acentúa. El portal inmobiliario indica que el precio medio de la vivienda en venta subió un 10% interanual el pasado mes de junio, marcando el incremento más alto desde 2006.
Las tres comunidades donde comprar una casa es más caro son Baleares (3.806 euros/metro cuadrado), Madrid (3.477 euros/metro cuadrado) y País Vasco (2.988 euros/metro cuadrado).
La situación no es mucho mejor en el mercado del alquiler. Fotocasa señala que el precio medio del alquiler cerró el segundo trimestre con una subida interanual del 4,5%. La situación es especialmente complicada en comunidades como Baleares (17,16 euros/metro cuadrado), Madrid (16,70 euros/metro cuadrado) y Cataluña (15,94 euros/metro cuadrado).
Ante tal situación, hay quienes están buscando soluciones imaginativas, como la reconversión de contenedores de transporte marítimo en viviendas. Estas casas prefabricadas realizadas aprovechando dichos contenedores pueden ser hasta un 40% más baratas que las casas convencionales.
Además, se trata de una solución rápida, mucho más que la construcción de viviendas tradicional. Y también contribuye a la circularidad y a la sostenibilidad, ya no sólo se reaprovecha un equipamiento en desuso, sino que también se evitar la generación de residuos, ya que el sector de la construcción es uno de los que más residuos genera.
No obstante, también tiene inconvenientes. Por una parte, debemos tener en cuenta las limitaciones de espacio. Los contenedores utilizados suelen ser los de 40 pies, que miden 12 metros de largo, 2,35 metros de ancho y 2,40 metros de alto. Es decir, algo menos de 30 metros cuadrados. Lo habitual es combinar varios contenedores o subir en altura.
Este tipo de soluciones ya se han instalado en varios países. Por ejemplo, Ámsterdam cuenta con el barrio de casas contenedores más grande del mundo, llamado Keetwonen, tal y como recoge El País. Asimismo, Estados Unidos es uno de los países que más está apostando por la utilización de contenedores como viviendas, sobre todo en áreas urbanas donde se requieren viviendas a precios asequibles.
Nuestro país también está empezando a sumarse a esta moda, aunque todavía dista mucho de ser una tendencia consolidada. Sobre todo, porque aún no es demasiado conocida por el gran público, que mantiene algunos viejos prejuicios ante este tipo de soluciones.
“La demanda ha aumentado exponencialmente desde la covid, pero aún no se asocia con sensación de confort”, explica Juan Pedro Fuentes, director de J&J Containers, empresa especializada en la transformación de contenedores, en declaraciones para El País.
Esta compañía cuenta con varios proyectos en la provincia de Málaga. Por ejemplo, está fabricando una vivienda adaptada para una mujer con problemas de movilidad, que se veía obligada a subir y bajar las escaleras a diario en su antigua casa. Echando mano de tres contenedores, el resultado final será una casa de 90 metros cuadrados en una sola planta y totalmente accesibles.
Las viviendas en contenedor son también una solución para familias vulnerables. El Ayuntamiento de Barcelona ya ha levantado dos edificios de ‘alojamientos de proximidad provisionales’ (APROP) empleando contenedores marítimos reciclados.
“Los contenedores marítimos se adecuan como alojamientos de uno o dos dormitorios, de 30 y 60 metros cuadrados. Ambos se caracterizan por contar con iluminación y ventilación natural, espacios propios y comunes exteriores (balcones y pasarelas), están equipados con mobiliario funcional y versátil y aseguran el confort térmico, acústico y lumínico gracias al uso de sistemas de instalaciones, de aislamiento y de prestaciones espaciales de gran calidad y eficiencia”, detalla el consistorio.
Además, los contenedores reciclados pueden destinarse a otros muchos usos. Por ejemplo, Vertical Green los utiliza para el cultivo vertical inteligente mediante aeroponía. Y en este artículo publicado en EMPRENDEDORES también presentábamos sus posibles usos como tienda de conveniencia, gimnasio, granja o barbería.