Con la cantidad de webs que ofrecen actividades con un precio rebajado, entrar en un sector tan saturado no parece, en principio, una gran idea. Aunque a todo se le puede dar una vuelta de tuerca. Eso hicieron los creadores de SubastadeOcio.es, que se plantearon qué hacer para diferenciarse de toda esa competencia y llegaron a una conclusión: ¿y si fueran los usuarios los que decidieran cuánto quieren pagar por una cena en un restaurante, un viaje a la costa o un tratamiento de belleza?.
«En las webs de compra colectiva los descuentos son fijos, y los clientes o los toman o los dejan. En SubastadeOcio.es todas las actividades salen a la venta por un euro y los usuarios eligen el precio que están dispuestos a pagar por ello», explica el director de la empresa Marc Zinck, holandés residente en Barcelona. Para facilitar el acceso a la gente, sus ofertas pueden verse sin necesidad de estar registrado en la plataforma, una estrategia que potencia más las ventas.
Para ello trabajan con un gran número de proveedores a los que les ofrecen, además de una mayor visibilidad como empresas, un mayor número de ventas y ocupación. «Firmamos acuerdos con los proveedores para una actividad en concreto y creamos la subasta. Una vez que ellos la aprueban la activamos en la web y los usuarios eligen su precio, nombrando así su descuento en lugar de establecerlo de forma predefinida». El ganador de la subasta paga la cantidad acordada y recibe el bono, y el resto de usuarios no tienen que pagar nada.
Invirtieron 1 millón de euros para el desarrollo de la web, marketing online y para contratar personal (actualmente 23 empleados). Con todo, al principio se encontraron con el problema de generar confianza entre los usuarios y los proveedores. «Con la crisis, todos tenían miedo a arriesgarse y perder. Por eso invertimos mucho en el departamento de atención al cliente, ya que el hecho de poder llamar por teléfono y que haya una persona real respondiendo la llamada da mucha tranquilidad. También ha jugado en nuestro favor nuestros primeros usuarios comprartiendo sus experiencias en redes sociales», afirma Zinck.