Santiago Álvarez-Barón impartía cursos para las empresas de gran consumo y distribución sobre la legalidad de las promociones. “Se confunde liquidación con saldo; se limitan las ofertas existiendo obligación de vender; se incluye en ciertos folletos la posibilidad de errores tipográficos, cuando un folleto tiene el mismo poder que un contrato; o cuando se agota una oferta se debe ofrecer un sustitutivo al mismo precio, y no un producto mejor pero más caro… Se juega mucho al engaño y los poderes públicos están desbordados o no les interesa ayudar al consumidor pues sería sancionar a las empresas que, por otro lado, representan inversiones en su Comunidad”.
UNA EMPRESA DE 53 SOCIOS
Consciente de todo eso, Álvarez-Barón pensó en crear un mecanismo que ayudara a intermediar en la resolución de problemas entre particulares y organizaciones. Junto a un grupo de amigos (53 personas) puso en marcha, con una inversión de 20.000 euros, la web miQueja.es, una plataforma que ofrece un servicio de mediación gratuita para los consumidores. “Somos una herramienta para que las empresas no pierdan clientes y conozcan los problemas de los usuarios”, explica. Un consumidor plantea su queja y otros usuarios le indican cómo actuar. El usuario puede enviar su queja a la empresa o entidad cívica en cuestión –que previamente utiliza el servicio de intermediación de miQueja.es–. Mientras se resuelve, el problema no se publica. ¿Dónde está el modelo de negocio? Cobran una comisión a la empresa a la que le resuelven el conflicto.