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YBVR: La startup de realidad virtual que consigue que Nadal ‘juegue’ en el salón de tu casa

Forma parte de nuestra tercera ‘Lista Emprendedores’, con las mejores startups innovadoras que ya están triunfando o lo van a hacer a corto plazo

23/10/2018  Redacción EmprendedoresIdeas de negocio

¿Te imaginas encender el televisor de tu casa para seguir la retransmisión de un partido, por ejemplo, de tenis, y ser capaz de ver a Rafael Nadal golpeando con todas sus fuerzas la pelota como si estuviera en tu salón? Pues eso es lo que consigue la startup española Yerba Buena VR (YBVR), ubicada a caballo entre Silicon Valley y Madrid.

«Somos una compañía de streaming de realidad virtual de vídeo de alta calidad y en tiempo real. Por ejemplo, hemos estado en la Copa Davis, en Valencia, y en el Open de Madrid de tenis. Hemos hecho posible ver, desde casa, con unas gafas de realidad virtual, como si estuvieras al lado del árbitro, o incluso, elegir el enfoque y en calidad 8K. La realidad virtual te permite transportarte a otros sitios en los que no podrías estar. Nuestro objetivo siempre ha sido rediseñar todo el concepto de vídeo para que la sensación del usuario final sea de calidad retina y que pueda estar en otro sitio como si estuviera físicamente ahí», afirma Héctor Prieto, fundador, junto a su amigo Constantino Villar, de YBVR, que forma parte de nuestra tercera ‘Lista Emprendedores’, con las startups españolas más innovadoras.

Los dos socios tienen una larga experiencia en el sector audiovisual. «Constantino y yo participamos en el desarrollo y lanzamiento de la tele por cable en España, ONO. Aquello fue una startup de cable con la que aprendimos mucho y cuando empezó a hacerse grande, decidimos salir y montamos, en 2004, nuestra primera empresa que se llamó HyC y que se dedicaba a la televisión sobre IP, que no iba sobre redes de cable sino sobre datos. En aquellos años, empezó a haber mucho interés por el mundo telco y pasamos de ser dos a 100 personas en 3 años y nos compró Ericsson», recuerda Prieto, que le pidieron desde la multinacional que fuera a EEUU a desarrollar el negocio: «Tuve la ocasión de recorrer, prácticamente, todo el continente americano, desde Chile a Canadá, y de tener acceso a las grandes multinacionales de telecomunicaciones».

Prieto y su amigo asisten a los inicios de la realidad virtual y «empezamos a trabajar con Hollywood». Y junto a otro par de compañeros de su equipo de Ericsson, Sebastián Amengual y Víctor García, «empezamos a pensar que podía haber oportunidades ahí. Nosotros, que somos ingenieros y veníamos de ‘meter’ vídeos de alta calidad por entornos de movilidad, detectamos un problema: vimos que se hacían inversiones millonarias en el desarrollo de cámaras y de gadgets, como las gafas, pero nadie había pensado en la distribución. ¿Cómo hacemos un vídeo 360 que ocupa una cantidad ingente de ancho de banda, que no lo va a ‘tragar’ ninguna red? Había que repensarlo de cero. Y en 2016 se nos ocurrió que, en lugar de enviar todo el vídeo, maximizábamos la densidad de píxeles donde estás mirando, y el resto lo dejábamos con un poco menos de resolución. De esta manera, se podían conseguir mejoras de hasta el 80% en cuanto a calidad. Como consecuencia de ese planteamiento, ahora hemos conseguido casi como cuatro veces más de calidad con la mitad de ancho de banda». Prieto y sus socios decidieron dejar sus respectivos trabajos y, en noviembre de 2016, lanzaron YBVR.

«No encontrábamos competencia y eso fue lo que nos animaba. Como ingenieros, sabíamos que el problema existía y podíamos tener la solución. Nos pusimos a trabajar siempre con el miedo de si había algo. Y al poco, empezaron a salir unas cuantas propuestas de negocio en esa línea. Y eso era bueno, porque significaba que realmente había mercado. Nuestra diferencia es que hacemos todo el proceso en vivo. Eso quiere decir que podemos dar un partido y hacer todo el proceso en tiempo real. Y eso es lo que más interés está levantando en el mercado».

Pero este tipo de proyectos necesita de financiación. Precisamente, «estamos en Silicon Valley porque tenemos un acceso más directo a ella. No obstante, cuando empezamos en esto de la realidad virtual ya había tenido su boom y nadie quiere invertir cuando estás arriba del boom. Según la curva de Gartner, todas las inversiones suben, luego bajan, y cuando el sector se ha limpiado, comienza a subir de nuevo. Cuando empezamos, estábamos bajando esa curva y ahora estamos en el momento en el que empieza a subir otra vez, que es cuando los inversores realmente quieren invertir, porque una vez que han quedado los supervivientes, serán los que lleven el mercado».

Así, consiguieron dos millones de inversores como la aceleradora de realidad virtual Oarsys, Padinvest y GFR Fund, un fondo afincado en San Francisco de origen japonés, que les ha metido en el mercado asiático.

«Después de levantar esta ronda pre-seed, estamos levantado otra ronda de otros 2 millones. Ya tenemos el 25% asegurado por parte de los que ya habían invertido. Y tenemos 5 contratos. Son importantes, sobre todo, los que hemos conseguido en Japón, que es el mercado más avanzado en realidad virtual. Hemos cerrado un acuerdo de dos años con una importante empresa japonesa que está abriendo departamentos de streaming de realidad virtual basado en nuestra tecnología. En EEUU, estamos trabajando con Ericsson y TMobile en la nueva generación de redes móviles, las 5G, que serán con mucho más ancho de banda y con mucha menos latencia. El problema que están teniendo los grandes operadores es que tienen en sus manos una red muy potente, pero todavía no tienen muchos casos de uso para llenarla. Y estamos aprovechando eso, porque la realidad virtual es el caso perfecto. Les estamos ayudando a que las redes 5G se desplieguen mucho más rápido de la mano de la realidad virtual. Y para nosotros es estratégico porque nos podemos subir a esa ola de inversión en la nueva red. En Japón, estamos con retransmisiones de partidos de fútbol y de rugby y, en EEUU, estamos empezando con el baloncesto. Cuando sea un negocio de 8-10 millones de dólares queremos extrapolarlo a otros verticales como los conciertos de música», relata Prieto.

Redacción Emprendedores