Relojes de segunda mano con garantías
Si no hubiéramos asistido desde la revista al éxito de una larga lista de ebayers que vendían única y exclusivamente relojes a través de este marketplace durante la primera década de este siglo, no habríamos sido capaces de poner en contexto el potencial de este negocio. Es un pequeño marketplace de relojes de grandes marcas de segunda mano que garantiza el precio más bajo del mercado en estas operaciones de segunda mano, que certifica la originalidad de los relojes (es un sector donde hay mucha falsificación, que es donde está el nicho que este negocio ocupa) y que factura unos 10 millones de dólares al año.
[instagram align=’center’ id=’BeT8YrxDpCo’]https://www.instagram.com/p/BeT8YrxDpCo/[/instagram]SnapTravel: Descuentos en viajes en tiempos del comercio conversacional
https://www.getsnaptravel.com/
SnapTravel permite reservar hoteles a precios (muy) reducidos a través de SMS y Facebook Messenger.
Los hoteles venden las habitaciones que no se han ocupado a plataformas de intermediación como Hotwire o Priceline porque sus precios son demasiado bajos para mostrarlos públicamente (lo que dañaría su imagen y podría llegar a irritar a los que han pagado un precio elevado por la misma habitación). Conocer el hotel es, en muchos casos, un reclamo más de ventas. Al haberse convertido este nicho de mercado de habitaciones de última hora en un mercado competido, las marcas quieren aprovechar cualquier elemento que pueda darles una ventaja competitiva: en este caso aprovechar su prestigio, pero sin que se entere todo el mundo. Así, SnapTravel permite reservar esas mismas tarifas a través de un chat privado sin tener que adivinar el nombre del hotel porque su precio con descuento no quiere mostrarse públicamente.
La idea es, entre otros, de Henry Shi, ingeniero en Google desde 2014 hasta 2015, donde creó y lanzó Music Insights for Artists. Antes de unirse a Google, fue cofundador de otra startup, uMentioned, una aplicación de ubicación universitaria que conecta campuses en línea.
¿La clave? Según reconocen, han sabido entender que el comercio conversacional es más que solo la ‘conversación’. “Cuando pensamos en el comercio conversacional, pensamos mucho más que un ‘chatbot’ jugando al ping pong con mensajes de texto. Construir sobre Messenger significa que tenemos acceso a una fuente de distribución nueva y sin explotar, todavía por descubrir. Significa también que podemos involucrar a un usuario sin forzarlo a descargar una nueva aplicación. Y significa que podemos aprovechar los mensajes patrocinados, uno de los bloques de anuncios más desaprovechados en la plataforma”, aseguran.
“Además, si un usuario llega al formulario de reserva pero no completa la transacción, podemos redirigir a ese usuario directamente en su bandeja de entrada de mensajes en lugar de tratar de seguir a continuación en la web con anuncios gráficos. Hemos visto un salto del 30% + en la tasa de conversión con técnicas eficaces de reorientación de Messenger”, explican también.
Algo tiene que tener una startup como para atraer al anterior CEO de Hotels.com y al ex CTO de Expedia a tu proyecto. Bueno, algo no, mucho.
Recomendaciones cosméticas de youtubers
¿Qué tipo de negocios montan los youtubers cuando tienen éxito? Negocios como éste. En la revista no somos muy amigos de los negocios de suscripción, salvo honrosas excepciones, como GrooveBook, sobre la que acabas de leer, como Birchbox –que a estas alturas ya no tiene mucho mérito apoyar– y como esta empresa que propone packs sorpresa de productos de belleza y muestras. Pero… ¿si hace lo mismo que Birchbox? ¿Dónde está la diferencia? Nada, salvo quién hace la selección y la selección en sí. Investigando sobre el negocio nos encontramos con comparativas de este tipo de servicios. http://www.mysubscriptionaddiction.com/ Seguro que tiene mucho tráfico…
[instagram align=’center’ id=’Be26VYZAvhZ’]https://www.instagram.com/p/Be26VYZAvhZ/[/instagram]Las nuevas revistas de celebrities
¿Una revista de moda en la que las únicas modelos que aparecen son celebrities? ¿Una publicación, online, en la que sólo hay consejos de moda, belleza y decoración de famosas y famosos? Es como una revista del corazón que dejara de centrarse en la vida personal de las/os celebrities y se quedara sólo con lo que les rodea y con el tratamiento de una gran revista de moda.
[instagram align=’center’ id=’BetWnZojLnZ’]https://www.instagram.com/p/BetWnZojLnZ/[/instagram]Camisas de hombre para mujeres
La verdad es que esta marca de moda, que reinterpreta las camisas de hombre de corte tradicional y las adapta a las mujeres con accesorios personalizables encaja perfectamente dentro de las nuevas líneas de moda para la generación millenial, como OutdoorVoices, que propone ropa deportiva, y The Reformation, que ha encontrado un curioso nicho con su ropa vintage sostenible. El sello de la casa es, entre todas las opciones que ofrece de personalización, la posibilidad de incluir en la parte posterior superior de la camisa un breve hashtag que te defina. No en vano la prensa estadounidense denomina a este negocio las camisas para la generación selfie.
[instagram align=’center’ id=’BcpbCYKAX6A’]https://www.instagram.com/p/BcpbCYKAX6A/[/instagram]Hot as hell
Sharleen Ernster pasó primero por Guess y Victoria’s Secreet (como máxima responsable de diseño de ambos negocios), antes de montar Hot as Hell, la más mediática de las empresas que están intentando revolucionar el mercado de la lencería. El hueco que, aseguran, cubre Hot as Hell es el de ropa sexy (lencería y bañadores) para personas que no tienen un cuerpo perfecto: diseños sexy para tallas que no son las medidas perfectas, sin necesidad de esconder, ni de retocar, sino de resaltar (y que además aguanten el constante lavado de este tipo de prendas de uso diario).
Ernster cuenta en las entrevistas que nunca llevaba la ropa interior de las marcas para las que trabajaba.
[instagram align=’center’ id=’Beyx0dHH8jU’]https://www.instagram.com/p/Beyx0dHH8jU/[/instagram]Lively
Michelle Cordeiro Grant ha encontrado en una producción local propia (sin subcontratar), en el diseño deportivo (se le denomina en el sector athleisure, combinando athletism y leisure), y en la venta exclusiva online (para ahorrar intermediarios) una ventana de oportunidad para lanzar Lively.
Trabajar durante media década en una empresa que factura 6.415 millones de euros en ese mercado de 102.459 millones de euros algo te tiene que enseñar sobre qué es lo que le interesa a las clientas (nos referimos a Victoria’s Secret), sobre costes de producción y, sobre todo, sobre nichos que todavía no se han cubierto. O, bueno, vale, sencillamente, sobre los puntos débiles de un mercado controlado por cuatro grandes (L BRands, Hanes, Triumph y Calzedonia).
[instagram align=’center’ id=’Be9eSL9BV_d’]https://www.instagram.com/p/Be9eSL9BV_d/[/instagram]Me Undies
Jonathan Shokrian apuesta en Me Undies desde 2012 por un tejido propio patentado (Lenzing Modal), creado a partir de madera de haya austríaca, dando lugar a una fibra que favorece la transpirabilidad.
Fabrican en Turquía bajo certificación GOTS (Global Organic Textile Standard).
La compañia tiene una política de Satisfacción con la Primera Compra. El/la cliente/a tiene 90 días para devolver el producto (sólo la primera vez que compra) si no le gusta. Sin preguntas.
Este negocio ha centrado su marketing en podcasts de gran audiencia: Tim Ferriss, Bill Simmons y Bill Burr, por ejemplo (el efecto fuera de Estados Unidos de una estrategia está todavía por ver), donde la celebridad se vinculada a los valores de la marca.
[instagram align=’center’ id=’BeoJLMMjjl3′]https://www.instagram.com/p/BeoJLMMjjl3/[/instagram]Jonesy
En 2014, Rachel Jones decidió resucitar el estilo minimalista de la lencería de los años 90 (asegura que se ha inspirado en las campañas de anuncios de Calvin Klein de esa década), añadiéndole un toque deportivo (que recuerdan a los diseños de Adidas de los 70-80). ¿Estilo minimalista? Sí: un diseño, dos colores.
Fabrican en Estados Unidos, en empresas familiares repartidas por la costa noroeste de Estados Unidos. Las telas proceden de Estados Unidos y de China. La marca considera que la transparencia es un valor en su sector y, así, ofrece información, hasta el último detalle, sobre todos sus tejidos y fabricantes. Jonesy se dirige a un público más joven y sus precios están por debajo de los 25 euros, un público que sí que va a precio, pero bastante por debajo de la horquilla de edad que valora conceptos como transparencia (desde un punto de vista empresarial).
Jones, de 28 años de edad, criada en Madrid, trabaja de día en una empresa de tecnología y tenía cero experiencia en el diseño de moda.
[instagram align=’center’ id=’BelwO5AgqfV’]https://www.instagram.com/p/BelwO5AgqfV/[/instagram]Miakoda
Miakoda es una línea de ropa deportiva vegana (trabajan exclusivamente con materiales orgánicos –algodón y bambú– certificados) salida de la cabeza de las hermanas Julia Ahrens y Laura Ahrens en 2013. Fabrican en Brooklyn, Nueva York, Estados Unidos.
Para promocionar sus productos han utilizado distintas campañas en Kickstarter. Comenzaron con la línea más básica de sus productos: tops y pantalones (de nuevo, un diseño y pocos (4) colores).
[instagram align=’center’ id=’Be6rnAzlHx-‘]https://www.instagram.com/p/Be6rnAzlHx-/[/instagram]White Rabbit
White Rabbit sustituye el tradicional algodón por fibra de bambú, que da como resultado un tejido con propiedades anti-bacterianas y un material más transpirable. La elección del bambú, no obstante, es una elección sostenible.
Lo llamativo de este negocio, fundado por Mariana Fernández y Cristian Rios, dos consultores especializados en cadenas de suministro y curtidos en PwC, está en su programa de prueba antes de comprar. Si se compra más de un producto de una misma categoría, la clienta tiene 30 días para devolver el producto si no le gusta después de llevarlo puesto, someterlo a varios lavados… (lo llaman Comfort Trial Program y trata de suplir la imposibilidad de probar el producto primero en una tienda). En el caso de que en ese plazo no les convenza, se les envía una caja para que metan el par que no han utilizado y se les devuelve el dinero. Así de sencillo.
La marca tiene su producción en una empresa familiar de México con 100 años de experiencia trabajando lencería, que paga salarios justos y que emplea a mujeres.
Los precios de sus productos rondan los 15 euros. Un porcentaje de cada compra se destina a proyectos de la ONG mexicana Fábrica Social.
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