Hay una cosa que Ignacio Hernández Medrano,médico especialista en neurología, aprendió en Silicon Valley y es que está bien seguir las tendencias porque implica estar en este mundo, pero es preferible anticiparse y marcarlas tú mismo porque ello significa querer cambiar el mundo, “para mejor, claro”. Y a ello dedicó su estancia en California antes de unirse a sus compañeros de equipo,Jorge Tello-Guijarro, ingeniero industrial, y Alberto Giménez Ramón-Borja, licenciado en derecho y experto en el mundo de las financias. Estos son los socios integrantes de Savana, razón social de Medroom, cuyo proyecto fue ganador del Call to Innovation de Singularity University.
El mundo que ellos pretenden impactar es el de la medicina y resolver así problemas de millones de personas, tanto pacientes como facultativos. Su solución “ultratecnológica” se basa en Big Data, el procesamiento masivo de datos procedentes, en este caso, de todas las historias clínicas electrónicas. Según sus cálculos, los médicos se enfrentan a una media de entre 4 y 6 dudas clínicas cada semana. Imaginemos ahora que a ese médico se le brinda la oportunidad de hacer una encuesta global en toda la comunidad científica basada en análisis estadísticos de todos los médicos que ya tomaron una decisión ante un caso similar al suyo y que la respuesta le llega depurada y de manera instantánea al ordenador de la consulta. Pues esa es la necesidad que satisface el software de Medroom.
Propuesta de valor
Para validar el producto llevaron a cabo una encuesta entre médicos de múltiples especialidades. Cuatro son las principales ventajas resaltadas y que garantizan la oportunidad de mercado: utilidad de cara al facultativo para tomar decisiones aportándole conocimiento instantáneo y preciso; beneficio social puesto que mejora las condiciones de la asistencia sanitaria;escalabilidad, dado que facilita la mejor práctica médica de todos los especialistas de cualquier parte del mundo, y solución inteligente fácil de utilizar a través de un motor de búsqueda que, además, garantiza la privacidad del paciente.
A todoello añade Ignacio Hernández el ahorro económico que supone evitar pruebas innecesarias, derivaciones a especialistas o aplicar tratamientos erróneos.
Crecimiento exponencial
En un negocio B2B los clientes parecen pocos pero muy potentes. Se hallan ya en fase de comercialización y han iniciado conversaciones con representantes nacionales y autonómicos del sistema de salud y gestores sanitarios. Seguirán luego con los centros hospitalarios privados y aseguradoras sanitarias para alcanzar, en último término y dando un salto al modelo B2C, a consultas médicas privadas ofreciéndoles la posibilidad adquirir la licencia a título particular. Empezarán por España y una vez copado el mercado (2016), seguirán el mismo procedimiento en Latinoamérica (2017) y Europa y Estados Unidos (2018).
Hasta ahora se han desenvuelto bien con sus propios recursos pero están por decidir la conveniencia o no de recurrir a otras fuentes de financiación. La preparación del mercado lo resolverá.