Los interesados en asistir tienen que desplazarse hasta Alcorcón (Madrid) que es donde se ubica M2M Sistemas. En ella, sus 15 trabajadores se dedican a la distribución de maquinaria, consumibles, accesorios y software para el sector de la impresión digital de medio y gran formato, así como personalización textil en diferentes tecnologías. Normal que se autodefinan como“alquimistas”.
Al frente de la empresa está Miguel Blázquez, el único que queda de los dos ‘Migueles’ fundadores que inspiró nombre de la compañía M2M Sistemas. El otro socio se fue de manera amistosa tras recibir “una irrechazable oferta laboral”. Tenían entonces 25 años. Hoy, con 49, Miguel Blázquez parece conservar intacta la energía con la que asumió el reto de sacar la empresa adelante, en solitario y con los recursos justos. “Todo nuestro humilde capital personal lo pusimos encima de la mesa. A partir de aquí, pico y pala”, es el breve resumen que hace de la fórmula que le lleva a superar los dos millones y medio de facturación desde hace años. El actual prevén cerrarlo con 2.850.000€.
Se reconoce persona dinámica y con inquietud por aprender. “Me gusta enterarme de todo y estar al día”, dice, por lo que, siempre que puede, acude a foros de emprendedores. Así es como se ha puesto al día en metodologías ágiles de desarrollo, en social media marketing, en posicionamiento SEO y en nuevas tecnologías. En el año 2015 empezó a trabajar con SAP Business One para llevar toda la gestión de la empresa en la nube, desde los procesos de facturación hasta el almacén, contabilidad, CRM y servicio técnico. Contrató a una comunnity manager como profesional que trabajase las redes sociales y, desde hace unos meses, integra con acierto la venta física con el ecommerce. “La apuesta estaba clara, en el siglo XXI tenemos que trabajar con herramientas del siglo XXI”, afirma.
Pero también Miguel Blázquez se ha hecho con cierto nombre en el ecosistema emprendedor local gracias al espacio de 150m2 que, dentro de las instalaciones empresariales, reserva a lo que llama la Sala Demo. “Es la mejor inversión que hemos hecho”, asevera. En ella se organizan talleres formativos para los clientes, eventos, seminarios, workshops y demostraciones de los artículos que comercializan. Rigiéndose por la máxima de que “si hay un problema, tiene que haber una solución”, dice Miguel Blázquez que le gusta estar en contacto con los clientes y que sean ellos quienes “vengan con sus diseños, pruebas, proyectos…Entendemos que nuestro trabajo comienza cuando vendemos un equipo o contactamos con un profesional que ya tiene una máquina y trabajamos con ellos para sacar el máximo partido y rentabilidad a dicha inversión”. Una señal de la filosofía win-to-win que dice imponer en la compañía, más por pragmatismo que por generosidad. “Si nuestro cliente no trabaja, nosotros no trabajamos, si nuestro cliente no gana, nosotros tampoco ganamos”, así de fácil.