La media de permanencia en la web se aproxima a un tiempo mínimo de 15 minutos por usuario, una buena marca si tenemos en cuenta que se accede a ella de manera voluntaria para aprender uno de los idiomas que aparecen en el menú desplegable: inglés, español, portugués, francés, italiano, alemán, holandés, japonés y catalán.
El método es siempre el mismo. Entras gratuitamente en la página, seleccionas un idioma y luego eliges el género musical que más te guste entre una amplia gama de posibilidades. La web tiene ya subidos numerosos videoclips de youtube, que se usa como material de apoyo didáctico, pero existe también la opción de que sea el usuario quien determine la canción que quiere escuchar bajándosela él mismo. Le das al play, eliges nivel de dificultad, desde principiante hasta experto, y arranca la canción. La letra aparece reflejada en subtítulos dejando huecos en blanco que el usuario deberá rellenar correctamente para que juego y canción avancen.
Un juego adictivo
Ni es un juego alambicado ni es una idea excepcional pero confluyen dos factores que atrapan la voluntad: la gamificación y la música, teniendo en cuenta que siete de cada diez vídeos vistos en youtube son canciones. Digamos también que la práctica es apta para educar el oído y adquirir vocabulario pero no es suficiente para aprender gramática.
De los 300.000 usuarios registrados, muchos de ellos profesores, el 90% eligen el inglés y sólo el 30% son de nacionalidad española, el resto proceden de Estados Unidos y muchos de Latinoamérica.
Fernando Díaz Luque, CEO, y Ángel Fernández de Terán Ruiz, CTO, son los socios fundadores de la empresa que opera con la razón jurídica de Elasthink S.L. Están inscritos en el Registro Mercantil con el objeto social de creación y desarrollo de software porque eso es lo que son ambos, informáticos y antiguos compañeros en la Universidad de Alcalá de Henares. La incorporación de Marcela Berrio Vélez como responsable de marketing completa el equipo.
Seguir creciendo
Hasta ahora se han sustentado exclusivamente con los ingresos publicitarios online pero se plantean subir algún peldaño más como empresa aprovechando el trampolín de esos 300.000 usuarios. Saben que es arriesgado dar el salto de un servicio freemium a otro de pago por lo que no se atreven a alterar las condiciones a sus seguidores originarios. La solución sería implementar la herramienta con un servicio Premium que atraería la entrada de capital por suscripción y que sería ofertado a instituciones pedagógicas interesadas en personalizar la enseñanza y ofrecer vías alternativas de aprendizaje como valor añadido. Claro que para impulsarse necesitan un refuerzo económico, por lo que se hallan ahora en búsqueda de financiación.