Reconocerás a tu valet -o aparcacoches- porque vestirá un pantalón beige con un polo fucsia, sus formas serán amables y porque llevará el móvil en la mano para verificar contigo el código de seguridad. No obstante, antes del encuentro, ya habrás recibido la foto del valet que recogerá tu coche en el punto y hora convenidos para que te lo aparque mientras que tú te diriges sin más dilaciones a tus negocios.
El servicio por ahora sólo está operativo en el distrito de Salamanca y en Atocha pero pronto lo estará también en Barajas, Gran Vía, Lavapiés…porque el reto que se ha marcado esta empresa, de apenas un mes de vida, es consolidarse en Madrid y seguir por Barcelona hasta llegar a París antes de que finalice el año. No van mal. Con 1.700 personas ya registradas y con una media de entre 30-40 servicios diarios, han visto triplicadas las expectativas.
Un mercado solvente
El modelo de negocio es una réplica de otro ya lanzado por la compañía Zirx en Estados Unidos y con quienes han colaborado estrechamente. El objetivo era aportar una solución a esos 20 minutos de media que utilizamos en aparcar en las zonas más densas de la ciudad y evitar las multas por aparcamiento que, en el caso de Madrid, subyacen en el 65% de las causas y penetrar, con todo ello, en el mercado de los aparcamientos que mueve 900 millones de euros anuales en España.
Plazas propias
Antes de ofrecer el servicio, Alejandro Vigaray Plaza (director de Operaciones) y Hans Joachim Christ (responsable de Marketing), promotores de Llollo, se dedicaron a adquirir y alquilar plazas de garaje, dado que los coches se alojan en parking privados y vigilados hasta ser reclamados de nuevo. El valet lo devolverá donde le indiquen y, si es deseo del cliente, lavado y repostado. Para que el servicio resulte más económico, cuyo precio sería 5,50€ la hora, ofrecen la posibilidad de adquirir abonos mensuales por 199€ o mantener el aparcamiento sin límites horarios por una tarifa máxima de 15€ día en el distrito de Salamanca y 17.50€ en Atocha, es decir un 50% más barato de lo que pagaría en el parking de la estación.
Asimismo, y aunque hasta ahora se han dirigido más a profesionales y empresas, han abierto negociaciones con los principales restaurantes de las zonas de operación para que puedan ofrecer su servicio como valor añadido.
Financiación privada
Para efectuar el desarrollo tecnológico, contratar y formar a sus 30 empleados y emprender la campaña de marketing de lanzamiento han invertido ya 300.000 € que reunieron gracias a las aportaciones de tres business angels y un fondo de capital riesgo mexicano. Para expandirse por Barcelona y París acudirán a otra ronda de financiación y, aunque es pronto aún para hacer cábalas con la facturación, dicen sentirse “contentos con la acogida que está teniendo, así que somos optimistas en cuanto a las cifras”.