Trabajaban como coaches independientes. Rosa Cañamero, Javier Carril y Ángel Martínez se conocieron en unas jornadas de la Federación de Coaching Internacional y allí empezaron a sentar las bases de lo que poco después (en febrero de 2007) sería la empresa Execoach.
“Detectamos una clara necesidad de las empresas de aumentar su productividad y reducir el estrés de sus profesionales. Y estábamos convencidos de que el coaching es la mejor herramienta para conseguirlo”, explica Cañamero. Los tres socios invirtieron 15.000 euros, principalmente, para alquilar una oficina y promocionar la empresa. Desde el principio, tenían clara su estrategia: “Nos dirigimos a un nicho que no estaba ocupado, el de las empresas que quieren aumentar su productividad y a la vez reducir su estrés. Hasta ahora el coaching estaba reservado a las grandes compañías, que eran las que podían contratarlo. Hemos creado el servicio TuCoach dirigido a pymes, que por cien euros al mes pueden disponer de 90 minutos de coaching para que sus directivos los consuman como quieran. Sería una tarifa plana al estilo de lo que ha hecho, por ejemplo, Legálitas, que ha popularizado la posibilidad de tener un abogado; nosotros, la de acercar los coaches a las pymes. Cuando se dan cuenta que es un servicio muy efectivo, nos contratan servicios individuales y de equipo”, asegura Cañamero.
También ofrecen coaching virtual mediante telefonía por Internet, “lo que supone una gran flexibilidad y ahorro en tiempo y costes para el cliente y la empresa”. Para captar nuevos clientes, imparten conferencias gratuitas con la ayuda de las asociaciones de jóvenes empresarios y editan un boletín mensual con artículos sobre el tema.Execoach prevé facturar este año unos 200.000 euros.