Mientras que Ali Clabburn se encontraba en su segundo año en la Universidad de Bristol, se le ocurrió la idea de crear un servicio que ofreciera la posibilidad de que varias personas, que fueran a realizar un mismo itinerario, compartieran un coche y así reducir el coste del viaje y el impacto medioambiental.
UN GRAN MERCADO POTENCIAL
Con 38 millones de asientos vacíos cada día en el Reino Unido, este joven emprendedor sabía que había un mercado potencial para su idea de negocio. “Monté Liftshare en 1998 desde la habitación de mi hermana, y sin ningún dinero, pero con la ayuda de muchos amigos”, dice Clabburn, que aprovechó Internet como plataforma para el negocio. “No tenía dinero, así que no podía abrir locales; todo tenía que basarse en Internet”, añade. Tras desarrollar la página web, llevó Liftshare a varias ferias dónde muchos estudiantes se registraron para utilizar el servicio. A pesar de esto, la empresa no era económicamente rentable hasta que l os directores del prestigioso Festival de Glastonbury contactaron con este joven emprendedor para pedirle que si podía ofrecer un servicio específico para el festival y así reducir el problema de tráfico que tenían cada año. Gracias a Liftshare, se utilizaron 15.000 coches menos en el festival y esto fue el principio de un negocio que, a día de hoy, tiene unos ingresos de más de un millón de euros anuales. “Como somos una empresa social reinvertimos todo en la compañía”, dice Clabburn.
GALARDÓN REAL
Más de 300.000 personas son miembros de Liftshare (entre ellas, 600 compañías), que registra 64 millones de viajes al año y reduce las emisiones de CO2 en 34 toneladas. Por si fuera poco, este joven emprendedor ha sido galardonado con más de una veintena de premios, entre ellos el Queen’s Award for Innovation, que recibió de la mano de su majestad Isabel II el año pasado.