Y hablando de conducción, el mes pasado hemos conocido el contenido de la futura normativa sobre autoescuelas que flexibilizará los requisitos para impartir la enseñanza teórica del carné de conducir, hasta el punto de que una empresa, sin ser autoescuela ni pedir la autorización que ahora es obligatoria, podrá dar las clases teóricas (que, ojo, no las prácticas). La Confederación Nacional de Autoescuelas critica que la nueva legislación permitirá que cualquier persona, sin ser profesor de autoescuela, pueda impartir esa formación “en una peluquería, en el salón de su casa o en cualquier sitio”. Detrás de esta crítica podría haber una oportunidad de negocio: cada año se examinan 600.000 alumnos.