“Sólo trabajamos con materia prima Canaria, que dé productos diferenciales. Eso significa que, o bien no se encuentre en otras partes del planeta, o bien se pueda obtener aquí con mejor calidad que en otro sitio. Por ejemplo, el aloe vera o el drago canario”, aclara Carlos Marrero, fundador junto a su hermano José Antonio, de Laboratorios Pejoseca. “Nos dedicamos a la fabricación de medicamentos. Tenemos licencia del ministerio de Sanidad y Consumo para extraer las materias primas de la naturaleza, fabricarlas, darle el registro sanitario, hacer el envasado y, con todos los controles sanitarios, ponerlos en el mercado. No es muy habitual que un laboratorio farmacéutico haga todos los pasos de la cadena de valor de un producto”.
Sus dos productos estrella son dos plantas, dos regeneradores celulares muy potentes: aloe vera y drago canario. “El primero es conocido desde hace miles de años. Hemos hecho estudios en colaboración con instituciones públicas y universidades españolas, francesas, estadounidenses y alemanas y hemos constatado que la materia prima canaria concentra más propiedades que la materia prima de otros orígenes. Además, tenemos un know how que nos permite producir el aloe vera con todos sus ingredientes, incluida la aloína, que el resto de productores la eliminan, porque es muy complicado trabajar con ella. Nosotros la mantenemos para uso externo porque pensamos que es la que le aporta a la planta su propiedad cicatrizante, bactericida y además, calmante”.
En el caso del drago, más potente que el aloe vera, “tenemos la patente industrial. Hemos ganado el premio a la innovación empresarial canaria por conseguir obtener la sangre del drago –cuando se seca la savia queda de color rojizo– con todas sus propiedades sin que el proceso productivo sea dañino para el medio ambiente. Nuestro objetivo es cubrir aquellas partes desérticas de Canarias con plantas medicinales que embellezcan el paisaje y de las se puedan extraer productos beneficiosos para la salud”.
Su filosofía es clara: no producen para otras marcas del sector. “Aunque, excepcionalmente, hemos hecho un desarrollo para una bodega muy prestigiosa de Canarias a la que le hemos hecho una crema con vino para tratamiento de vinoterapia. Vimos que el proyecto encajaba en la filosofía de la empresa porque el vino es canario y posee muy buenas propiedades regeneradoras”.
Este laboratorio cuenta con un amplio catálogo por desarrollar relacionado con plantas y animales autóctonos. “Para este año tenemos previsto tener otro nuevo producto desarrollado y de los que tenemos actualmente en producción los mantenemos vivos desarrollando referencias adicionales con cualidades antienvejecimiento, revitalizantes, hidratantes y nutritivas, así como para evitar el resecamiento y las grietas de la piel, que van asociadas a ciertas patologías como la soriasis o los eccemas y herpes”.
Marrero –que cerró el año pasado con una facturación cercana al millón de euros– subraya que unidades de investigación hospitalaria están trabajando en nuevas aplicaciones medicinales de sus productos para pacientes con enfermedades vasculares, en enfermos con heridas de difícil cicatrización. “Los resultados, por ahora, son muy buenos. Incluso se está utilizando en pacientes diabéticos y en oncológicos que se han sometido o se van a someter a quimioterapia”.