El cloud computing ha pasado de ser una tecnología emergente a convertirse en parte esencial para proveedores de servicios de todo tipo. Cada vez son más las empresas que trasladan su flujo de trabajo a la nube para reducir el almacenamiento de datos y los costos de software. Amazon Web Services (AWS), Microsoft Azure, Google Cloud Platform, IBM o HP Enterprise son algunas de las grandes corporaciones que pugnan por hacerse con el negocio en la nube. En España, destaca Gigas como principal proveedor local de servicios en la nube, con más de 4.000 clientes corporativos procedentes de 150 países y con presencia en 8.
Conforme a lo publicado por Reuters hace unos días, Microsoft había superado las previsiones de sus beneficios “porque más empresas contrataron sus servicios de computación en la nube Azure y el paquete de programas Office 365”. En términos similares se expresaban un poco antes en Amazon atribuyendo a AWS una mejoría económica del 49 %, con una ventas netas de 5.442 millones de dólares en el primer trimestre de 2018. Jeff Bezos, fundador y CEO de Amazon, se jactaba de la “ventaja de siete años antes de enfrentarse a una competencia similar”.
Según las previsiones de la consultora Gartner, el mercado mundial de servicios en la nube pública -servicios puestos a disposición de terceros- crecerá este año un 21,4%, equivalente a un gasto de 186.400 millones de dólares frente a los 153.500 millones del pasado año. Asimismo, se prevé que los 10 principales proveedores mundiales del mercado representen cerca del 70% de este segmento en 2021.
Modelos y servicios del Cloud
Tres son los principales modelos y servicios basados en la nube:
-IaaS: Infraestructura como servicio (procesamiento, almacenamiento y otros recursos de computación)
-PaaS: Plataforma como servicio. Una categoría de servicios cloud que proporciona una plataforma y un entorno que permite a los desarrollares crear aplicaciones y servicios que funcionen a través de internet.
-SaaS: Software como servicio, que permite a terceros utilizar aplicaciones ejecutadas por el proveedor en una infraestructura de nube.
De ellos el PaaS es el que representa, de momento, menor oportunidad de negocio y el IaaS es que más está creciendo, según Diego Cabezudo, CEO de Gigas, especializada en este modelo. De Gigas ya se informó en esta web de ser una de las startups nacionales más potentes [Las tres startups españolas que más crecen en Europa ], pero tienen la seguridad de que seguirán creciendo entre un 45-50% en breve plazo de tiempo.
El convencimiento arranca de analizar la tendencia. ”Confluyen dos circunstancias:- explica Diego Cabezudo- Está, por un lado, el aumento de la demanda de empresas, cada vez con mayores necesidades en materia informática, que solicitan servicios en la nube para ahorrar costes en infraestructura y mantenimiento y ganar en agilidad, flexibilidad, seguridad o escalabilidad. Por otro, asistimos a un proceso de sustitución progresiva de servidores”.
En el sistema tradicional de servicio cloud el pago es por consumo. Esto lo convierte en un gasto recurrente en las empresas y poder disponer de tecnología ad hoc conforme a las necesidades de la organización, tanto en picos como en frenos de la actividad. Para hacerlo más gráfico, Cabezudo lo compara con un grifo, “que si necesito más agua lo abro más y si no, reduzco el chorro o lo cierro, traducido a la necesidad computacional”. Aún así, reconoce que ha sido complicado evangelizar la ventajas de la nube en nuestro país, en parte por temor de muchas organizaciones a perder el control de la información y sus datos. “Ahora sucede al revés. La mayoría quieren custodiarlos en otra parte porque se han dado cuenta de que es más seguro”.
Las nuevas tecnologías
Otra de las razones que Diego Cabezudo asocia al crecimiento del negocio del cloud es su alianza con las nuevas tecnologías que califica de “círculo virtuoso”. Se refiere al big data, la inteligencia artificial, el machine learning o el IoT, entre otras, que generan una ingente cantidad de datos para cuyo almacenaje y procesamiento hace falta cada vez mayor capacidad computacional. En áreas como las referidas es donde empiezan ahora los grandes actores a ofrecerse como habilitadores y orientar su propuesta de valor para distinguirse de la competencia.
Queda, sin embargo, mucho trecho por delante. “Creo que todavía estamos viendo la punta del iceberg en su segmento al que, por lo menos, le faltan 5 años para eclosionar. Quedan todavía muchísimas sustituciones por hacer”.
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