Es “un estudio de diseño profesional con un equipo creativo insólito, en el que interactúan tres talentos absolutamente diferentes: cerebros serenos y experimentados de creativos y diseñadores profesionales, el talento de irreverentes y explosivos jóvenes estudiantes de escuelas de diseño internacionales y talentos libres, ingenuos y, en muchos casos, absolutamente surrealistas de creativos que han nacido con síndrome de Down y autismo”. Así es como define José María Batalla La Casa de Carlota, el proyecto del que es impulsor y fundador y al que se sumaría, posteriormente, Sergi Capell procedente del sector social. Juntos dirigen desde hace más de cinco años este estudio de diseño tan especial.
Después de más de 20 años dirigiendo equipos creativos en agencias de publicidad, su experiencia en el sector llevó a José María Batalla a experimentar y demostrar la existencia de caminos laterales y poco convencionales para llegar a la creatividad. Uno de ellos es la interacción con cerebros tan diferentes como pueden ser los de personas con síndrome de Down, autismo y algunas enfermedades mentales. Esta mezcla, que en determinados sectores podría implicar alguna desventaja, en el terreno artístico se convierte en un potenciador de la innovación y la creatividad. “Es una gran oportunidad porque permite disponer de un gran número de ideas y nuevos modos de ver las cosas”.
Un auténtico y profesional estudio de diseño
La Casa de Carlota ha sido galardonada con múltiples reconocimientos, no sólo como mérito por la obra social a la integración, sino también por sus trabajos profesionales fruto de esa complicidad. “Nuestro objetivo desde el primer día fue explicar que no estábamos emprendiendo ningún tipo de proyecto de inserción laboral para personas con discapacidad, sino un auténtico y profesional estudio de diseño. Por eso, huimos desde siempre, de las subvenciones, donaciones y otras fórmulas de remuneración que no fueran las habituales para cualquier startup”, aclara José María Batalla. Y lo han conseguido. Han merecido el premio europeo de diseño 2017, el Premio internacional Laus de diseño gráfico y comunicación audiovisual o el Premi Ciutad de Barcelona que otorga el Ayuntamiento de la ciudad por su trabajo de innovación en el campo del diseño. Pero la empresa también ha recibido galardones por su impacto social. Así, fue escogida por Forética como una de las mejores iniciativas sociales del 2014 y fue seleccionada como empresa Incorpora ( La Caixa ) por su labor social. Decir, también, que La Casa de Carlota es la primera agencia de comunicación europea con certificado BCorp, comunidad que aglutina a más de 2.000 empresas de 50 países que compiten para ser las mejores empresas para el mundo.
En su empeño por conducirse como cualquier otra startup, el proyecto arrancó con recursos propios hasta que, en 2016, abrieron una ronda de financiación por el 15% que se cerró con una inversión de 150.000 euros. Asimismo, el año pasado alcanzaron el breakeven (umbral de la rentabilidad) y confían en cerrar el 2017 con beneficios gracias a clientes como Nestlé, Gallina Blanca o Mahou San Miguel. La empresa cuenta ya con una réplica en Medellín (Colombia) y esperan extender el modelo por otras ciudades en ese objetivo que se han marcado de “convertir La Casa de Carlota en un estudio de diseño referente de innovación creativa y de impacto social en el mundo”.
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