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Tirar una marca que ‘lo peta’ a la basura y empezar de cero

Durante los 50 días que duró la campaña en kickstarter se mantuvieron siempre en los primeros posicionamientos. El objetivo era alcanzar 12.500 €, pero lograron 2.1M de euros. Ahora se ...

20/01/2019  Ana DelgadoIdeas de negocio
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Durante los 50 días que duró la campaña en kickstarter se mantuvieron siempre en los primeros posicionamientos. El objetivo era alcanzar 12.500 €, pero lograron 2.1M de euros. Ahora se proponen tirarlo todo a la basura y empezar de cero

El proyecto de Tropicfeel se ha hecho famoso por ser la startup española que más dinero ha conseguido hasta el momento en la plataforma estadounidense de crowdfunding kickstarter y ser la marca de calzado deportivo que más ha vendido en la misma a escala global. El objetivo inicial era alcanzar 12.500 €, pero recaudaron 2.1M de €. Luego se animaron a organizar otra campaña de crowdfunding de recompensa en Indiegogo que acaban de cerrar, el 14 de enero, después de 4 meses y conseguir otros 1.3 M€. Así han fabricado un total de 60.000 pares de zapatillas en China que han vendido a 59€ a los 26.000 mecenas que apoyaron el proyecto en kickstarter y 89€ al resto. Vendieron toda la producción.

Hasta aquí una historia de éxito en la que Tropicfeel había conseguido crear una marca a través del crowdfunding y convertirse en referente para todos los demás. Pero la historia se trunca el día que Alberto Espinós, uno de sus fundadores, se desplaza a China para controlar la producción y ve cargar camiones enteros con el desecho de sus zapatillas. Si todo eso era solo suyo, ¿cuántos camiones de porquería llenarían las grandes marcas de deportivas? Pide que, por favor, le muestren dónde llevan todo eso y le conducen a un vertedero inmenso repleto de basura de difícil recuperación. No era ese el impacto que perseguían ni el relato que querían escribir, así que empezamos de nuevo.

Los fundadores de Tropicfeel son dos amigos que ahora tienen 25 años: Alberto Espinós (ADE) y Lucas de Gispert (Derecho). La idea de negocio surgió durante un viaje que realizaron a Tailandia en 2016 donde tuvieron problemas con el calzado que llevaban. Lo suyo en aquellas condiciones climatológicas hubiera sido calzar zapatillas resistentes al agua, como las que se había comprado Alberto en Decathlon, pero en lugar de con la suela plana, con un poco de alza para aguantar grandes caminatas, como las que llevaba Lucas.

1.500 MVP vendidos

A su regreso a España decidieron poner en marcha su vena emprendedora y crear unas zapatillas óptimas para viajar que fuesen versátiles, ligeras, cómodas e impermeables. Como no tenían ni idea del sector del calzado se trasladaron un tiempo a Elche para documentarse y algo aprendieron, pero no consiguieron fabricantes que se ajustasen a su idea. Lo que sí lograron fue el contacto de un productor en Vietnam al que, a modo de Producto Mínimo Viable (MVP), encargaron la fabricación de 1.500 pares de zapatillas. Las vendieron todas a través de pop-up stores y marketplaces al precio de 49€ el par. Para evitar malos pensamientos, afirman que las zapatillas cumplían con todas las expectativas y funcionalidades prometidas, pero el objetivo final era testear el producto y ver si encajaba en el mercado. La respuesta fue sí.

Optaron por mejorar las calidades y diseñar el modelo definitivo. Para entonces ya tenían claro que querían crear una marca global a través del crowdfunding, ámbito en el que Alberto Espinós ya había trabajado anteriormente. La referencia en este caso es la marca estadounidense Peak Design, con una trama bastante similar en cuanto al viajero independiente y ligero de equipaje, como target, y amantes del crowdfunding, en general, y kickstarter, en particular.

Los 3 secretos del éxito del crowdfunding

Siguiendo sus pasos, Tropicfeel consiguió una comunidad de más de 23.000 seguidores atentos al devenir a la marca y vender los 60.000 pares de zapatillas ya mejoradas que encargaron en la segunda producción, en China. Se convirtieron también en verdaderos expertos del crowdfunding cuyos secretos condensa Alberto Espinós en 3 puntos fundamentales:

-Crear un producto que genere el efecto ‘guau’. Eso lo sabes cuando recibes comentarios del tipo: “llevaba tiempo esperando unas zapatillas como las vuestras”.

-Creando una comunidad grande y entusiasta con lo que haces y con la que interactúas para que te vayan dando las señas de lo que busca el mercado, y te ayuden a definir el target y la manera de comunicarte con ellos.

-Mucho esfuerzo. Tanto en trabajo como en recursos económicos. No es casual el hecho de que Tropicfeel apareciese durante los 50 días de la campaña en la primera página de kickstarter. Había cuatro personas dedicadas a tiempo completo a la campaña con las responsabilidades muy bien repartidas. “Ahora bien- advierte Espinós- nada de esto funciona si no se cumplen las dos premisas primeras”.

El nuevo final

Y como en esto del crowdfunding se han convertido en unos maestros, no es intención del equipo renunciar a él en la nueva etapa que acometen en 2019. El objetivo aquí es deshacerse de los desechos y convertirse en una marca sostenible y responsable con el medio ambiente. Esto, que suena muy bien, implica la búsqueda de nuevos materiales, nuevos proveedores, nuevos procesos y nuevos fabricantes. Todo ello sin alterar los precios.

“Las mates”, como dice Espinós, les salen y el excel les dice que pueden apostar por una fabricación más sostenible sin que ello repercuta en el bolsillo de los clientes. Para cambiar la línea de producción han pedido algo de dinero, 40.000€ en una ronda y otros 60.000 a Enisa. Tampoco descartan recurrir a la financiación bancaria.

La visión ahora es transformar la marca. Con el mismo nombre, eso sí, pero que, además de satisfacer los gustos de un cliente joven, dinámico y viajero, añada el valor de la sostenibilidad, tanto a las zapatillas como al resto de accesorios que acompañan a la marca. “Claro que no estamos inventado nada, pero nos hemos dado cuenta de que hay otra forma de hacer las cosas, aunque resulte algo más caro. Queremos ir un poco más allá de los beneficios económicos. Ahora, además de una marca, tenemos un propósito ”.

Ana DelgadoLarga trayectoria en el oficio del periodismo. Sé poco de mucho y mucho de nada
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