“Desde 2009, tratamos de responder a la pregunta: ¿cómo pueden los ciudadanos usar la tecnología para cambiar la sociedad?”, señala Jorge Soto, que junto a Óscar Salazar, fundó CitiVox. Todo empezó un par de años antes, cuando crearon una herramienta para monitorizar comicios electorales que permitía a los ciudadanos y las organizaciones no gubernamentales informar sobre delitos electorales, violencia y fraude a través de Twitter, sms y correo electrónico. Poco después lanzaron CitiVox.
“En un principio, era una plataforma móvil para alertar a los ciudadanos sobre posibles huracanes o peligros como fugas de agua, gas…”, explica Soto. A día de hoy, CitiVox ha evolucionado convirtiéndose en una plataforma bidireccional donde los ciudadanos pueden contactar con las instituciones gracias al uso de la cloud technology. “Funcionamos a cuatro niveles: primero, los ciudadanos utilizan la telefonía móvil para mandar información en tiempo real; después, gestionamos cada informe y lo asignamos a un equipo de trabajo (confidencialmente). Luego, utilizamos una plataforma de estadísticas comparadas, haciendo recomendaciones sobre las mejores prácticas y, por último, si nos autorizan, CitiVox publica en un sitio web la información. Este paso asegura la rendición de cuentas y fomenta la accesibilidad de la información”, aseguran.
CitiVox comenzó con una inversión de 220.000 euros y cerró 2010 con ventas de 544.000 euros (esperan llegar a los 1,9 millones al terminar 2011). Soto sostiene que CitiVox permite que las instituciones públicas y privadas puedan hacer sus datos accesibles para cualquier persona en formatos amigables para analizar y programar, involucrando aún más al ciudadano y fomentando la transparencia. En 2013 tienen previsto estar presentes en 15 países y llegar a 15 millones de ciudadanos y, como recalca: “También podría implementarse en un mercado vertical de mediana o grande empresa para manejar quejas o sugerencias de los clientes”.