Puede parecer una obviedad, pero nada llega sin trabajo y pasión. También en el mundo de los emprendedores. Una buena idea de negocio puede no interesar a nadie si no va unida a largas jornadas laborales y muchos quebraderos de cabeza. Es la tesis que defiende en un reciente artículo Daniel DiPiazza, autor del bestseller ‘Rich20Something’ y fundador de Alpha Mentorship, una startup dedicada a la formación en el mundo de los negocios.
Tal y como reconoce DiPiazza, él también cayó en el error de pensar que una idea basta para atraer inversores y escalar un negocio. “Pensaba que cristalizando la idea sería más fácil la ejecución. Yo sólo pensaba que el ‘qué’ y el ‘cómo’ deberían revelarse por sí mismos. Si hubiera sabido lo difícil que iba ser con el tiempo, hubiera abandonado”, reconoce.
Por eso, el emprendedor previene a las nuevas generaciones. “Tu idea de negocio no tiene ningún valor. No estoy tratando de ser maleducado o despectivo, porque en un tiempo no muy lejano, yo estuve ahí también”, afirma mientras añade su propia experiencia personal, cuando se acercó a algunas personas influyentes del mundo de los negocios para presentar su idea. “Dolió cuando llegó la hora. Ni un vistazo. Ni una simple respuesta”.
Pero DiPiazza no desistió y, tras seis años, entendió que emprender es una carrera de fondo en la que hay que trabajar duro todos los días. “Mientras piensas que tienes algo único y original, las personas que han alcanzado algún éxito obtienen variaciones de esa misma pregunta cinco veces al día, cada día, 24/7/365”, explica.
“Iniciar una idea de negocio no es nada, hay que empujar hasta el final”
Para DiPiazza, la parte fácil cuando tienes una idea de negocio es empezar. Existen multitud de libros y contenido en internet para ayudarte a poner en marcha tu empresa. “La parte difícil es empujar hacia el final. Y es algo que ninguna información te puede enseñar”, comenta. Además, el autor previene sobre el proceso. No es fácil. Hasta los grandes emprendedores de Silicon Valley se equivocan en sus decisiones a menudo.
Por el camino, varias fases esperan. La primera, la fase de la incertidumbre, ya elimina al 98% de las personas, según DiPiazza. “Es por lo que las personas exitosas no quieren ayudar. Estadísticamente hablando, es una pérdida de tiempo porque la mayoría de la gente va a renunciar”. La duración de cada fase anímica es indeterminada, y cada una deja por el camino más historias de fracaso. “De forma honesta, algunas veces no es divertido. No lo es”, afirma tajante el emprendedor.
Como solución, solo queda coger el toro por los cuernos y trabajar duro. No conducirás un cochazo de la noche a la mañana, y algunos días tendrás jornadas laborales mucho más largas que cuando trabajabas por cuenta ajena. “Tendrás bastante riesgo en todo si realmente quieres jugar a este juego”, concluye DiPiazza. Sin embargo, la tolerancia al riesgo y el trabajo constante marcarán la diferencia con los que solo tienen una buena idea de negocio.