La suma de industrias que, por una u otra razón, han desaparecido o pueden desaparecer de nuestro tejido productivo de base tecnológica es muy amplia. La industria de la electrónica de consumo y hardware informático, importante en los 80 y 90, se ha desvanecido casi en su totalidad. Según Ricardo Pérez, de IE Business School “no hay forma de competir en costes con Asia”.
Los intentos de crear marcas españolas, fabricadas en España y después en Asia, tampoco han dado muy buenos resultados. Intentos como los de Airis, Supratech o Rainbow han quedado en nada o casi nada.
Quedan empresas como Blusens (electrónica de consumo) o Teldat (routers), que tratan de aguantar el tirón. El resultado es que esta industria, que llegó a suponer un 8% de toda al exportación española, hoy, incluida la profesional, no supera el 1,5% , con unos 3.000 millones de euros de producción.
Igual se podría decir de los equipos de telecomunicaciones, una de las industrias más boyantes en su día o de la industria solar fotovoltatica. El año del boom, cuando en España se instaló la friolera de 2.700 Mw, el sector daba empleo a más de 50.000 personas. En los tres años siguientes, debido a las restricciones del Gobierno, no se instalaron más que 800, lo que llevó el empleo a los 13.000 puestos.