En abril de 2006, Silvia Aliot pensó en cómo cambiar el aspecto de los cascos sin cambiar su estructura. Sus ideas se centraron en que fuera algo de quita y pon para no limitar los diseños y que pudiera adaptarse a diferentes modelos y marcas de cascos. En ese sentido, pensó en una funda de tela elástica y fue perfeccionando su producto hasta su patente. “Su adaptabilidad es total para cascos integrales y del 95% para cascos jet. También hacemos cascos de esquí y en un futuro próximo empezaremos a comercializar de bicicleta”, afirma Aliot. A mitad de camino, se unió al proyecto Álvaro Soler, también diseñador gráfico, y juntos realizaron la primera colección de fundas. Un año después del nacimiento de la idea, Aliot constituyó la empresa Helmetdress con una inversión de unos 5.000 euros. Sus productos se venden en tiendas, además de Barcelona, Madrid y Murcia, en Portugal, Francia, Holanda, Suiza e Israel. “Tenemos un plan de expansión para llegar a Italia, Inglaterra, EEUU, Canadá, Grecia, China y Japón”, asegura Aliot, que prevé facturar este año unos 300.000 euros.