No sabemos cuáles son las primeras decisiones que se toman cuando tu cuenta corriente comienza a tener ceros y ceros y ceros detrás y no delante de los unos y los doses, pero nosotros, al más puro estilo de Woody Allen en Granujas de medio pelo, estamos convencidos de que, si de la noche a la mañana pasaramos a codearnos con Carlos Slim y Amancio Ortega –bien porque nos tocara la lotería, bien por que, por fin, nos convirtiéramos en empresarios de éxito–, contrataríamos unos cuantos mayordomos de alto calibre para nuestro superático con vistas a Central Park. Eso sí, luego disfrutaríamos de los pequeños placeres de la vida, como comer en el chino de la esquina. Y, ojo, decimos de alto calibre, al estilo de Reginald Jeeves en las novelas de P.G. Wodehouse, nada de personal doméstico de medio pelo. Todo esto viene a cuento de una noticia con la que despedimos el año: Crece la demanda de mayordomos ingleses entre la clase alta china. Lo de inglés es una metonimia: se refieren a un servicio doméstico de alta gama. Hemos estado buscando empresas de referencia en el sector y nos hemos encontrado con la metonímica Greycoatplacements.co.uk, que es el negocio de los que se han inventado eso de servicio de ‘alto calibre’. Vamos, que no es que vayan armados, es que es de calidad. Y se nos ha ocurrido que igual que se requiere en China se puede demandar en otros países y, a lo mejor, que incluso hable español. Y tampoco es que se les haya ocurrido a ellos, porque el prestigio del servicio británico se remonta al siglo XVIII. Dándole una vuelta a lo de ir armados, en países conflictivos se podrían proponer escoltas curtidos en jiujitsu y capaces de servir una reconfortante bebida espirituosa. Es broma…